1. El precio de ser yo - Capítulo 1 (Introducción)


    Fecha: 29/10/2025, Categorías: Transexuales Autor: escritorprin, Fuente: TodoRelatos

    ... suplicaba, les prometía que iba a estudiar y trabajar y que solo me tendrían que ayudar al principio, pero ellos se negaban argumentando que no tenían dinero para eso y que tendría que conformarme con estudiar una FP cerca de casa o ir a alguna universidad de Extremadura. Mi insistencia durante todo el curso fue tal y tan exacerbada, que una noche mi padre me sorprendió con una noticia:
    
    Le miré con una expresión de extrañeza porque no sabía a dónde quería ir a parar.
    
    No le dio tiempo a acabar la frase porque me abalancé sobre él abrazándole como no lo había hecho en años y gritando que sí, que sí quería irme con el tío Jesús. Noté su incomodidad en el abrazo porque los hombres no se abrazan, según él, pero aun así seguí un rato más hasta que lo solté y empecé a saltar por el comedor ante las miradas divertidas de mis padres y mi hermano. Sabía que justamente mi plan ideal no era mudarme a Madrid con mi tío y mi primo pero era consciente de que era la puerta que se me abría para estar en Madrid y ya con eso era feliz, feliz de salir del pueblo, de alejarme de mis padres y de vivir una nueva etapa en mi vida.
    
    Al día siguiente mi padre habló con mi tío y empecé a preparar mis solicitudes para las universidades de Madrid y para gestionar toda mi mudanza. Con todo el trajín, el verano pasó excesivamente rápido y cuando lo quise pensar, ya estaba matriculado oficialmente en el grado de Matemáticas en la Universidad Complutense de Madrid y con las maletas hechas para coger ...
    ... el bus que me llevaría a Madrid. La despedida en la estación de autobuses de Cáceres fue breve y poco sentida. Mi madre fue la única que se emocionó y que me hizo prometerle que me cuidaría y que la llamaría todos los días. Mi hermano, por su parte, me dijo, mientras se despedía con un toque en la espalda, que iba a ocupar mi cuarto porque era más grande y mi padre solo se dirigió a mí, sin ningún contacto físico, para decirme que fuera un hombre, que tuviera mucho cuidado y que no le diera problemas al tío Jesús. Sin perder más tiempo, mi padre me ayudó a subir las dos maletas al autobús antes de entrar y sentarme en mi asiento. El bus arrancó a su hora e inmediatamente me puse los cascos y la música a tope para pasar distraído las más de cuatro horas que duraba el trayecto hasta la Estación Sur de autobuses de Madrid.
    
    En algún momento del trayecto me tuve que dormir y ya me desperté cuando estábamos a pocos minutos de llegar a la estación. Miré por la ventana y el bullicio de coches, de gente, de edificios por todos lados, contrastaba con la visión de mi pueblo y eso me alucinaba y me emocionaba por completo. Cuando el autobús aparcó, bajé, me estiré por todas las horas que había estado sentado y cogí como pude, ya que pesaban bastante, mis dos maletas y me dirigí hacia la puerta donde me había dicho mi tío que me iba a esperar. Una vez salí por la puerta vi a mi tío junto a primo Miguel, a los cuales no veía desde hacía tres años cuando vinimos a Madrid al funeral de mi ...
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