1. Virginia O.


    Fecha: 29/10/2025, Categorías: Confesiones Autor: MartinyMarcela, Fuente: CuentoRelatos

    ... mayoría de los hombres están obsesionados con el tamaño de su pene, como si nosotras le diéramos tanta importancia (párrafo aparte hago una aclaración, a nosotras si nos dan a elegir la preferimos grande, no seamos hipócritas, es más, a mi novio Germán le dicen “Tronco” y al principio pensé que era por lo malo que es jugando al fútbol pero cuando lo hicimos por primera vez me dejó con los ojitos en blanco y mojé toda la sábana, y a pesar de que es un nene inmaduro de 33 años no lo puedo dejar).
    
    Hay tipos que por tenerla pequeña ni se atreven a proponer un buen revolcón. Ese fue el caso de Hernán.
    
    En el momento de un polvo hay otras cosas que también se valoran, como por ejemplo que no se le baje, que tenga aguante y en mi caso particular me importa que sepa usar los dedos y se valga de ellos y fundamental es el uso de la lengua. Si me la sabe chupar listo… orgasmo garantizado.
    
    Con Hernán tengo una relación laboral hermosa, es un genio de la informática, una especie de hacker que me lo resuelve todo. Es un chico por demás dulce y me hace sentir especial con cada detalle, siempre me regala caramelos de menta y chocolate que sabe que son mis preferidos y algún otro dulce me pone en el escritorio cuando estoy un poco loca y crease o no son halagos que me pueden.
    
    Al principio pensé que era muy tímido o un poco esquivo con las mujeres porque a diferencia de Diego R. y Andrés A. que son unos desubicados con nosotras él siempre mantiene una intachable conducta.
    
    Hasta ...
    ... que ese día en la playa nudista comprendí que estaba acomplejado por algo: cuando se sacó la malla descubrí cual era el problema: tenía un pito muy pero muy pequeño desentonando con el resto de su cuerpo, quiero decir que Hernán es una mole, medirá un metro ochenta y algo de altura y un tanto siempre me gustó, pero de todas las pijas que vi en mis 39 años sin dudas esta fue la más microscópica.
    
    Y será porque en esos días estaba ovulando o por estar haciendo algo diferente con mis compañeros de trabajo, pero el tema es que tenía unas ganas locas de coger… Con cualquiera, pero lo necesitaba. Y si bien Dieguito tenía todos los números cuando se lo vi a mi chico la curiosidad pudo más. Y fue algo muy instintivo, más allá de esa voz interior reprimida que me decía Ojo Vir… las cosas pueden salir mal… no lo hagas. Igual lo hice.
    
    Me enojé y mucho cuando todos no paraban de burlarse del pene de Hernán, tomé mis cosas y me lo llevé conmigo. Tomamos un taxi y sin decir ninguna palabra nos volvimos a la casa.
    
    Cuando llegamos ya adentro me puse tonta y lloré de la bronca, le pedí perdón por haberlo llevado a ese lugar donde sé que no la pasó nada bien, y más porque fue idea mía la de ir. A lo que Hernán me abrazó y secó mis lágrimas de un modo tan dulce y no me pude resistir. Di el primer paso y lo besé.
    
    Y de los besos pasamos a algo más y sus manos descubrieron mi cuerpo por primera vez. Yo por mi parte metí mi mano dentro de su malla y no quería otra cosa más que tocarla. ...
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