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El seductor (parte 2)
Fecha: 30/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: tunovio, Fuente: CuentoRelatos
... volvían más y más atrevidas con cada canción. Sentía un gusto especial en acariciar el abdomen de la hermosa chica, aprovechando el largo escote que lo ofrecía. Ella por su parte no podía evitar menear sus caderas al ritmo de la música, cada vez más cerca de él, acariciando su pecho, abriéndole su camisa un poco sin siquiera darse cuenta. Andrés llegaba al segundo club. Para su suerte, estaba más vacío que el primero. Sin embargo, eso le dejaba ver que ellos podrían no estar ahí. Qué mala suerte, pensaba, que en dos intentos hubiera fallado. Recorrió el lugar, ahora más agitado y más nervioso, sin lograr avistar a su amada. Se preguntaba si se habrían ido, si quizás ella ya estaría esperándolo, si se estaría preguntando donde estaba su esposo. Podría volver a su habitación y averiguarlo, pero era arriesgado. Debía al menos intentar en el último lugar. Carla y Francisco seguían cortejándose uno al otro. Su baile comenzaba a asemejarse más y más a los suaves movimientos de una pareja encamada. La mirada de Carla mostraba deseo, sus ojitos relajados, sus labios entre abiertos, sus mejillas rojas. Francisco la miraba con seriedad, como un depredador jugando con su presa. Sus miradas se conectaban y no se soltaban, y como si se tratase de dos imanes, sus rostros se acercaban más y más. El inevitable momento estaba comenzando, sus labios se buscaban, se rozaban, a solo milímetros. Carla cerró sus ojos, lista para recibir el que sería el más dulce beso que había sentido en ...
... su vida. Con los labios de Francisco recorriendo los suyos, era que se daba cuenta de lo enamorada que estaba, de lo mucho que ese hombre la atraía. Se fundieron en un beso largo y romántico. Solo hasta parar de besarse, volvieron a la realidad. Ella rio tímidamente, mientras él la miraba, estaba encantado con ella. “Esta noche te voy a hacer el amor”, recordó ella. Eran ya las 11:30 pm Andrés llegaba al último lugar posible, con la esperanza de encontrar a su bella Carla. Al andar por todo el lugar y darse cuenta que no se encontraba ahí, un sentido de desesperación se apoderó de él. Se quedó inmóvil en la pista de baile, pensando sin lograr llegar a ninguna conclusión útil. Cuando volvió a la razón, decidió ir a su habitación, deseando con todo su corazón que su esposa lo esperara ahí. Exhausto, abrió la puerta, nervioso, solo para encontrar la habitación vacía, tal y como la había dejado. Ahora comprendía la situación tan preocupante en la que se encontraba. Lo único que le quedaba, era pedir ayuda. Irónicamente, Carla también estaba desesperada, pero por razones muy distintas. No podía esperar más por qué Francisco cumpliera su promesa… su amenaza. Lo necesitaba, lo deseaba con locura. Sus ojos se llenaron de un brillo especial cuando él se acercó a su oído: -¿Nos vamos ya? -le preguntó lentamente. Ella asintió sin pensarlo siquiera. Ahora tomados de la mano, salieron del lugar. Carla se abrazaba del brazo de él, dejándose conducir por los que parecían eternos ...