1. Sexo con mi esposa


    Fecha: 02/11/2025, Categorías: Hetero Autor: JDstories, Fuente: CuentoRelatos

    ... pudiera encontrar, para terminar, introduje mi lengua lo más que pude dentro de su vagina y solo pude escuchar unos gemidos de mi esposa. Al terminar me levanté y la miré directamente a los ojos y sonreí con mis labios mojados.
    
    Ella se levantó y yo tomé su lugar, me acosté boca arriba con mi pene y el condón café mirando hacia arriba, ahora sería yo quien quedaría a merced de lo que ella quisiera hacerme, ella se subió sobre mí y sin ningún esfuerzo o ayuda mi pene entró nuevamente en su vagina, ella sonreía mientras me miraba a los ojos, y con esa mirada fija y lujuriosa comenzó a mover sus caderas hacia arriba y hacia abajo, pasaron unos segundos y ella cerró los ojos, todo indicaba que estaba disfrutando de su momento arriba, de tener todo el control.
    
    Su vagina se sentía más húmeda y caliente, poco a poco fui sintiendo como sus fluidos escurrían entre mi pelvis y mis piernas, esto solo me excitaba más y más. Sus caderas tenían un ritmo muy particular, ella se estaba satisfaciendo conmigo de la mejor manera que ella sabía, a veces rápido, a veces lento, se detenía y luego continuaba. Ella hacia exactamente lo que quería y en el momento que lo quería.
    
    No sé en qué punto empecé a escuchar sus gemidos más fuertes, más intensos.. ah, ah, ah, ah, ese dulce sonido solo me excito más, tanto que empecé a moverme a su ritmo, de pronto solo escuchaba más y más gemidos mientras sentía como sus manos me agarraban con más y más fuerza, sabía que el momento había llegado así ...
    ... que con una mano la abrace tan fuerte al grado que ya no podía mover la espalda.
    
    Solo movía las caderas de una forma tan excitante y con la otra mano agarre una de sus nalgas y la apreté tan fuerte que ella gimió… ¡Ah! mientras decía entrecortado, “Te amo, ah”, sentí como sus piernas temblaban mientras sus gemidos eran más largos y profundos.
    
    Paso un poco de tiempo y sentí como mi pene empezaba a temblar y sin poder aguantarme más gemí… ¡ah! Ella también gimió fuertemente junto conmigo, ¡ah! Estábamos abrazados tan fuerte que solo podía sentir mi pene temblando y escupiendo semen dentro del condón. Ella gemía cada vez más despacio y su respiración empezó a disminuir de intensidad.
    
    Ese momento que tenemos al terminar es muy especial, mientras mi pene está dentro de su vagina, sin movernos, sin decir nada, solo puedo sentir su vagina húmeda chorreando líquidos sobre mis piernas, empiezo a sentir como mi pene deja de temblar y poco a poco empieza a perder su fuerza.
    
    En voz baja le dije, “tengo que sacar mi pene de tu vagina, no queremos que el condón se quede dentro de ti otra vez” (está historia se las contaré luego, claro si es que quieren escucharla), a lo que ella dijo “es verdad se me había olvidado que tenías condón”, lentamente puse mis dedos en la base de mi pene, donde se desenrolla el condón y cuando pude tocarlo le dije, “ya lo tengo” a lo que ella sin decir nada movió sus caderas suavemente hacia arriba y mi pene salió lentamente un poco más pequeño pero ...