Confirmaciones y cambios - Relatos Eróticos

Confirmaciones y cambios

... un plug hinchable provisto de un agujero central. En ese colgó una bolsa de enema de cuatro galones, también regalo de Yao, aunque este había comentado que su suministrador era Howard Weber.

Por la tarde folló a Vanessa en su coño, sin sacarle el plug ni el enema que rellanaba sus tripas, y eso que no se había vaciado del todo, solo un par de galones, unos 7 litros, por lo que ella se retorcía de dolor. Cuando Pedro se corrió, sin importarle que con el dolor no lo hiciera ella puso a Cristian a limpiarla. Tras eso Olha soltó el plug mientras Ulyana y Lada sujetaban un enorme barreño para recoger el enema y el contenido del intestino. Pedro le extrajo el dispositivo de la boca y le quitó los sensores médicos.

—¿Cómo te sientes? —Le preguntó tras soltarla de las ataduras.

—Cansada… y dolorida Amo, pero muy satisfecha y contenta por su violación.

—¿Lo repetirías mañana?

—Preferiría que no… no sé si tan pronto sería capaz de soportarlo, aunque si lo ordena estoy dispuesta. Y en una semana sí, repetiría con gusto.

—Bien. Porque aunque tardará más de una semana y debes ir acostumbrando tu intestino, Cristian se encargará de ayudarte, cuando venga David para quedarse te violará igual, pero vaciando por completo el enema. Y ahora tienes un castigo pendiente. Al barreño que vas a ser nuestro retrete por cuarenta y ocho horas.

Subieron los dos pisos hasta la mazmorra. Ulyana y Lada habían subido el barreño con cuidado para no mancharse con él (y eso que solo ...

... llenaba el fondo) y lo dejaron siguiendo las instrucciones de Olha bajo una piedra que colgaba del techo. Antonia se sorprendió al ver el tamaño de la mazmorra y su poco equipamiento.

—Es reciente —le explicó Pedro, para luego girarse hacia Vanessa—. Entra al barreño. Lo taparemos. Tienes liquido de sobra para beber así que como mínimo estarás dos días, quizás más. Ya veremos cuando decido que salgas.

Vanessa se metió en el barreño y Pedro usó la grúa para bajas la piedra que apenas tenía un hueco de diez centímetros de diámetro. Olha explicó a las que no hablaban español que mientras no se levantase la piedra solo podían hacer de vientre u orinar allí o en un orinal para verterlo por el hueco. Susana se lo explicó a Antonia.

—No cabemos todos aquí —explicó Pedro en la cena. Él habló en inglés y Olha tradujo al ucraniano, ya que Antonia sí controlaba ese idioma—. Anastasia me ha comentado como os habéis organizado para dormir. Por una temporada puede ser, pero me temo que esto se va a alargar.

—No nos molesta dormir en el suelo —comentó Ulyana en inglés—. La mazmorra es fresquita y estamos acostumbrada.

—No tengo dudas. Pero también es cierto que no solo estáis vosotras. La doctora y Minerva, a la que ya conocéis las que venís de Rusia, y algunas otras. También Nuria debe esconderse. Ella y Minerva ya están allí.

»El lugar en el que se ocultaban vamos a reformarlo, por lo tanto no pueden regresar donde estaban, y me refiero a Nuria y dónde lleve a la doctora y a ...