Clases Particulares 11 - Relatos Eróticos

Clases Particulares 11

La semana pasa. El martes en casa de David estaba la madre cuidando a la abuela, que tiene dolores y se pasa el día tumbada. No pudimos hacer nada, solo unos cuantos besos rápidos. Por lo menos, se ha reconciliado con Sheila y está contento. Quedan a menudo y se enrollan, pero no tienen un sitio donde pasar a mayores, así que no puede poner en practica todas mis enseñanzas.

Con Alex vuelvo a hablar a ratos. Estamos un poco ausentes. Creo que ambos le estamos dando vueltas a si continuar la relación. Yo hay días que quiero cortar ya, y otros en que me da miedo. He estado tan enamorada de él, que me da rabia tirar todo por la borda, pero, por otro lado, noto que estoy encima de una bomba a punto de estallar.

El miércoles recibo un mensaje de Rober mientras estoy en clase. No habíamos vuelto a hablar ni vernos desde el ultimo día en los baños…Solo me dice que acuda al cuartito.

No me decido a contestarle. Me lo pienso. Tengo en mente las palabras de Mónica. Si voy, follamos. Me pone demasiado y sabe cómo provocarme. ¿Qué hago?

Como no le contesto, aunque ve que he visto el mensaje, me manda foto de la fotocopiadora, diciendo que la ha puesto en marcha, y que necesita mis apuntes. Esto es interesante. Una fotocopiadora privada, sin tener que pagar. Tengo por unos días un libro de Lucas. Es un manual técnico para una asignatura. El profesor saca muchas preguntas de ahí para el examen. Se lo he pedido a mi amigo para fotocopiarlo, pero en casi todos los sitios no dejan ...

... por derechos de autor. Ando tomando notas y haciendo fotos, pero lleva mucho tiempo. Y cuesta nuevo 150 euros. Vaya robo. No quiero gastar tanto en un puto libro que probablemente no me sirva en un futuro. Y no lo encuentro de segunda mano.

Así que le contesto con un escueto “Ok” y cuando acaba la clase me escabullo del resto de amigos, que marchan a la cafetería.

Llamo a la puerta y entro. Rober está apoyado en la mesa, trasteando con su móvil. Traigo los apuntes y el libro. No sé qué va a pasar, y la incertidumbre me pone nerviosa.

- Quiero una copia de la llave como pago por mis apuntes – exijo.

Me mira socarrón.

- Pensaba darte otro pago…

Se acerca a mi mirándome fijamente. Otra vez esa cara, esa sonrisa, esos ojos achinándose. Me besa y no me opongo. Dios, que fácil caigo. Nos comemos la boca. Abrazados, terminamos apoyados en la mesa. Consigo despegarme un momento y miro en derredor.

- No voy a follar aquí…

- Ya veremos…

Vuelve a besarme con pasión. Aprieta fuerte con sus brazos mi espalda. Su lengua hace estragos en mi boca. Joder como besa el cabrón. Con un movimiento rápido me gira. Ahora su boca ataca mi nuca, su lengua se come mi cuello, juega con mis orejas. Gimo, tiemblo, me deshago. Sus manos levantan mi jersey. Solo llevo el sujetador debajo. Tira de él hacia arriba.

- Aahh, bruto – me quejo.

En vez de abrirlo por detrás lo deja arriba. Mis pechos quedan libres por debajo y se apodera de ellos. Sus dedos aprietan mis tetas, las ...