Clases Particulares 11 - Relatos Eróticos

Clases Particulares 11

... salida. Veo tíos buenos por todas partes. Y con todos quiero tema. Aparto la mirada, avergonzada.

Alex me sorprende cuando llego a media tarde. Hay una bolsa encima de la cama de una conocida marca de ropa interior. Hacía tiempo en que no me compraba nada. Los primeros años se dejaba el sueldo en encajes para mí. Bueno, él también los disfrutaba. Es bastante fetichista de la ropa interior femenina. Y de las medias. Tengo muchas a media pierna, con ligas y ligueros. Le encantan. Y a mí.

Abro el papel de seda. Es un conjunto precioso, en negro y azul oscuro. Me abraza por detrás. Supongo que es su manera de decir lo siento, aunque hoy preferiría palabras sentidas y no regalos. Me invade la certeza de que es demasiado tarde. He cruzado varias líneas rojas. Se me llenan los ojos de lágrimas y no quiero girarme para que no me vea la cara. Le digo que me lo pruebo después de la cena.

Quiere pedir unas pizzas pero termino preparando pollo al horno. Lo prefiero para poder serenarme un poco, sola, en la cocina. Abro una botella de tinto y me tomo dos copas casi seguidas. Cenamos con una conversación trivial, sin tocar los temas importantes, los candentes, los que amenazan nuestra relación. Me sirvo más, me siento bien, mañana tal vez tenga resaca, pero el puntillo que noto ayuda mucho. Le hago sentarse en el sofá del salón. Pongo música suave, bajo las luces. Me pongo el conjunto nuevo con medias negras a medio muslo. Me contemplo en el espejo de la habitación, por delante y ...

... por detrás. Que buen gusto tiene.

Entro en el salón y me luzco, bailando delante suyo. Follamos ahí mismo, en el sofá. Llego al orgasmo muy fácil, pensé que me iba a costar más. No sé si es la excitación por todo lo del día, pero me he ido tan rápido que él aún no se ha corrido. Gira mi cuerpo y me pone en cuatro, follándome por detrás. Ahora va más rápido, buscando su placer. Se corre al poco y me inunda con su semen.

Jueves. Voy a casa de David. Hoy volvemos a estar solos. Su madre en un mensaje me ha pedido que eche de vez en cuando un ojo a la abuela. Está tumbada en el salón medio grogui, debe de estar con calmantes.

Me da un poco de cosa enrollarme con mi alumno estando la abuela así, pero él no opina lo mismo. A base de comerme la boca acaba convenciéndome. Me desnuda rápido y empieza a comerme el coño. En tres meses hemos pasado de un chico tímido que era casi incapaz de hablar conmigo a un experto en llevarme al orgasmo solo con su boca y sus dedos. Me tiene tumbada en la cama boca arriba. Sus manos sujetan firmemente mis muslos abriendo mis piernas. Su lengua juega con mi clítoris, luego baja y trata de introducirse en mi vagina. Sube y baja volviéndome loca. Una de las veces se aventura más al sur, lamiéndome el perineo hasta llegar al ano. También se quiere meter ahí. Le dejo hacer. Me pone mucho como me tiene inmovilizada. Levanta mis muslos para acceder mejor a mi agujero oscuro. Gimo, me muerdo la lengua. Mis manos aprietan fuerte la colcha. Reprimo un ...