1. Una madrastra insaciable (15)


    Fecha: 16/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    Capítulo 15
    
    Todavía tengo el cuerpo tembloroso. Me arde la piel como si estuviera al sol, como si algo me hubiera quemado desde adentro. Estoy sentado en el borde de la cama, con las piernas abiertas, el torso brillante y tibio, respirando como si acabara de correr una maratón y no de perder la cabeza mientras mi madrastra me chupaba la pija.
    
    Y sin embargo, ahí está ella, todavía en pelotas, igual que yo y mi hermano.
    
    La veo moverse por la cama con calma. Empieza a gatear por las sábanas, con la espalda arqueada y el culo levantado. Todavía tiene aceite en el cuerpo, pero ahora está mezclado con sudor y la fricción con las sábanas le quitó bastante. Hay zonas donde brilla y otras donde se opaca, como un lienzo usado por una noche entera.
    
    Está en cuatro, delante de mí, y avanza lentamente, alejándose, en dirección al pie de la cama.
    
    Le veo el trasero desde una distancia perfecta, redondo, altísimo, marcado como una obra que se hizo para el deleite de los hombres. Se mueve con la gracia de quien sabe que está siendo observada. Me mira de reojo, apenas. No dice nada. Solo se gira lentamente y avanza hacia Julián, que está parado al pie de la cama, esperándola desnudo, con la verga dura.
    
    Me sorprende mi hermanito. Había pensado que se iba a escandalizar y que iba a tener a Amarai para mí solo. Pero al final se prendió en la fiestita. No había pensado en hacer un trío, pero debo reconocer que no me molesta.
    
    Mi hermano se la queda mirando con una lujuria ...
    ... desbocada. Pero también noto algo más en él. Es algo que yo mismo siento: una puntada de celos. Al igual que yo, él hubiera preferido estar a solas con ella, eso es obvio. Pero, también al igual que yo, su calentura por ella se sobrepuso a los celos.
    
    Amarai apoya su cuerpo contra el colchón, para que su boca quede a la altura de la entrepierna de Julián. Yo me corro un poco al costado para observar la escena porno que me van a regalar. Lo mira desde abajo, en un gesto de sumisión que hace que mi verga ya empiece a despertarse de nuevo. Apoya sus manos en los muslos de él. La veo abrir la boca y comenzar a succionarle la pija a mi hermano. El hijo de puta la tiene más grande que yo. Eso no me lo había visto venir. Encima, como es flaco, parece todavía más grande.
    
    De todas formas, trato de no pensar en él. Solo veo a mi madrastra hacer una felación. Sus labios se mueven como si marcara una melodía que sólo ella escucha. Julián cierra los ojos, le tiembla el abdomen. Yo no puedo dejar de mirar.
    
    El vaivén de su cabeza me hipnotiza. Sube y baja mientras su lengua y sus labios hacen su trabajo. Por un momento suelta la verga, y yo veo el miembro de Julián bañado en saliva. Sus nalgas siguen ahí, ofrecidas, como si se olvidara que yo estoy justo atrás. O quizás no se olvida. Quizás lo hace a propósito. Y eso me prende fuego otra vez.
    
    Me acerco. No digo nada. Me acomodo detrás de ella, despacio, sabiendo que es lo suficientemente puta como para no negarse. Apoyo mis manos sobre ...
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