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Una madrastra insaciable (15)
Fecha: 16/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos
... sus caderas, y le doy un beso suave, húmedo, justo en el centro de ese paraíso que los simples mortales llamamos culo. La siento estremecerse. No interrumpe la mamada a Julián. Pero su respiración cambia cuando mi lengua se frota con más intensidad en su profundo orto. Sus dedos se aprietan sobre los muslos de él. Yo le doy otra lamida. Más profunda, más lenta. Siento el sabor de esa zona escondida y me parece un locura. Deslizo las manos hacia las nalgas y las estrujo mientras sigo arremetiendo contra su ojete. Escucho a mi hermano gemir, pero no me importa. Estoy demasiado entretenido con esa pequeña hendidura. Ella se deja hacer. Si no fuera por los estremecimientos de su cuerpo, que aparecen cada tanto, parece que ni me nota. Pero no me importa. Que siga chupando pija si tanto le gusta. Yo sigo magreando esas macizas nalgas mientras le como el orto. Después de un rato, sintiendo ya mi verga endurecida de nuevo, me salgo de la cama. Me paro al lado de mi hermano. Nos miramos de reojo, pero no decimos nada. No es que haga falta. Así que ahora veo más claramente como Amarai engulle esa verga. Me mira de reojo, sin quitársela de la boca. Julián apoya la mano en su cabeza y suelta un gemido intenso. Entonces ella se gira hacia mí. Se prende de mi pija al toque. Lo hace con una fluidez animal, como si cambiar de presa fuera parte del juego. Se mete mi pija en la boca con una naturalidad absoluta. Nadie diría que se había negado tantas veces a estar con nosotros. ...
... Ahora estaba ahí, con los dos, completamente desnuda, convertida en nuestra puta personal. Siento cómo mi verga se tensa aún más dentro de esa boca tan espesa y cálida. Mis dedos se enredan en su pelo, y cuando la siento esmerarse más por hacerme ese delicioso pete, cierro los ojos por un segundo y siento que no hay nada más en el mundo que ese placer que me provoca Amarai en la verga. Julián la toma del mentón. Le hace girar la cabeza de nuevo. Ella lo hace. Se suelta de mi verga con un ruido de sopapa. Un denso hilo de baba une su boca con mi glande durante unos instantes. Entonces nos intercala. Pasa de una pija a otra con una dedicación que parece devoción. Amarai es la clase de mujer que no necesita ser muy complaciente en la cama. Su cuerpo es un parque de diversiones, y cualquier hombre gozaría con ella, aunque lo único que hiciera fuera abrir las piernas. Pero ella no era así. Ella entrega todo, y eso se materializa en este acto, en donde nos va dando placer por turnos, y yo y mi hermano vemos cómo su cabeza sube y baja mientras envuelve nuestras vergas con ese profesionalismo digno de una experta, Julián es el primero en acabar. Lo noto por la forma en que se arquea, por cómo le tiembla la mano cuando la apoya en su cabeza. Suelta un gemido seco. Se queda quieto unos segundos, y luego se aparta, con los labios apretados, caminando hacia atrás, buscando apoyo en la pared. No dice nada. Pero no hace falta. Yo me quedo solo con ella. Veo el movimiento en ...