1. La máscara escarlata – parte 4


    Fecha: 17/11/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Incesto Voyerismo Autor: PetterG, Fuente: SexoSinTabues30

    ... trabajo.
    
    Todo está perdido, pensó, cayendo de rodillas, e inundada de pánico. Pues sin la máscara verdadera, no había poder, no había Máscara Escarlata. Solo era Clara, vulnerable y expuesta, con su padre al borde de la muerte a manos del Cuervo. Las lágrimas rodaron por sus mejillas, pero entonces un ruido la sacó de su desesperación. Voces ebrias y risas torpes resonaban cerca. Era el eco del desfile que ocurría a pocas calles, donde la ciudad vibraba con luces y música.
    
    Clara se arrastró hacia el borde de las sombras y vio a dos chicas, tambaleándose, claramente borrachas, que se dejaron caer contra un contenedor cercano. Sus risas se desvanecieron en ronquidos mientras se quedaban dormidas, abrazadas a sus bolsos. Clara se acercó, suplicando en voz baja:
    
    —Por favor, ayúdenme… —Pero no le respondieron.
    
    Todo se complicaba aún más, y no podía salir así desnuda, a la vista de todos. La vergüenza y el miedo la paralizaban. Entonces, su mirada se posó en las botas rojas de una de las chicas, y en los guantes de cuero rojo que llevaba la otra. Y una idea desesperada, se le cruzó por la mente.
    
    Se quitó los restos de su ropa interior, y con manos temblorosas despojó a las chicas de las botas y los guantes. Luego, con sus uñas se las ingenió para hacerle dos agujeros a la tela de su bufanda; transformándola, en una máscara improvisada. Se puso las botas, que le quedaban perfectas, y los guantes también. Y mirándose en un trozo de vidrio roto, vio una versión cruda ...
    ... de la máscara escarlata: no era la heroína poderosa de siempre, pero era lo que tenía.
    
    Entonces, se agachó con desesperación para ver que más tenían en el bolso, y encontró un celular. Así que lo usó, para marcar inmediatamente el número de emergencias.
    
    —Por favor, vengan rápido… gasolinera abandonada en la calle 12… un hombre armado, mi padre está en peligro… —susurró, antes de colgar. Sabía que la ayuda tardaría, y su padre no tenía tiempo. Era hora de regresar.
    
    Y así, cuando estaba cerca, el corazón se le encogió. Su padre yacía en el suelo, apenas consciente, con el Cuervo de pie sobre él, con el machete levantado para dar el golpe final. La sangre goteaba de su rostro, y su respiración se estaba extinguiendo en un jadeo débil.
    
    Clara respiró hondo, canalizando a su alter ego.Tengo que ser ella. Tengo que ser Máscara Escarlata, pensó, forzándose a adoptar el carácter provocador y audaz de la heroína.
    
    —¡Oye, bandido! —gritó, saliendo de las sombras, con su voz temblorosa al principio pero ganando fuerza.
    
    —¡Creí que buscabas a alguien con quién jugar! ¿Vas a seguir ocupado con ese viejo, o me vas a dar a mí?
    
    Al oír eso, el Cuervo giró hacia ella y sus ojos se abrieron de par en par al verla. La figura desnuda de ese mujeron, con las botas y guantes rojos brillando, y la máscara cubriendo su rostro, lo dejó momentáneamente sin palabras. Pues aunque Clara no estaba en su forma heroica, su cuerpo, era lo suficientemente atractivo para atraerlo. Su cintura ...
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