1. Aylen, una puta en CFE


    Fecha: 20/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Hetero Infidelidad Autor: A-relatora, Fuente: SexoSinTabues30

    ... para lo que viene.
    
    “Mi viejo me coje imaginando y pensando en cómo me cogen otros, cabrón. Y ahorita, tú eres el que me va a hacer gritar”, le respondo, con la voz temblando de pura calentura. Siento la punta de su verga, gruesa y caliente, rozando mi ano, y un escalofrío me recorre la espalda. “Métela ya, Claudio, no me hagas esperar”, le ordeno, como la puta mandona que soy. Él no se hace del rogar. Empuja lento, y siento cómo mi culo se abre, estirándose alrededor de su palo de 18 centímetros. “¡No mames, qué rico, cabrón!”, gimo, mientras mi ano se aprieta, ajustándose a su grosor. El dolor inicial se mezcla con un placer sucio, intenso, que me hace arquear la espalda y clavar las uñas en las sábanas.
    
    Claudio empieza a moverse, primero despacio, luego más rápido, bombeando mi culo con fuerza. Cada embestida me arranca un gemido de puta, y el sonido de su pelvis chocando contra mis nalgas llena la habitación. “¡Más duro, cabrón, rómpeme el culo!”, grito, perdida en el morbo. Mi pucha, todavía empapada, gotea sobre las sábanas, y la tanguita se frota contra mi clítoris, mandándome chispas de placer. “Tu vieja es una pendeja, Claudio. No sabe lo que se pierde por ser una aburrida de mierda”, le digo, entre gemidos, sabiendo que hablar de su esposa cornuda lo pone aún más cachondo. “Esa estúpida no tiene ni idea de lo que es una hembra de verdad. Tú eres otra cosa, Aylen, una puta de campeonato”, gruñe, mientras me clava la verga hasta el fondo, haciendo que mi culo ...
    ... tiemble con cada golpe.
    
    Siento cómo mi ano se aprieta alrededor de su palo, y el placer es tan intenso que mi pucha se contrae sola, soltando más jugos. “¡Me vengo, cabrón, me vengo por el culo!”, aúllo, mientras un orgasmo me sacude, haciendo que mi cuerpo se estremezca y mis piernas tiemblen. Claudio no aguanta más, y con un rugido, se corre dentro de mi culo, llenándome con chorros calientes de leche que siento deslizarse por dentro, calientes, espesos, marcándome como suya. “Puta madre, Aylen, eres una maldita reina”, jadea, mientras se sale lentamente, dejando mi ano abierto, palpitando, con su semen escurriendo.
    
    Nos desplomamos en la cama, sudados, jadeando, con el olor a sexo impregnado en la habitación. Mi tanguita roja está hecha un desastre, pegada a mi pucha y manchada de semen, jugos y sudor. Me paso una mano por el culo, sintiendo la leche de Claudio resbalándome por las nalgas, y me río bajito. “Esto le va a encantar a mi viejo cuando se lo cuente”, pienso, imaginando cómo se va a poner mi marido cuando le describa cada detalle. Claudio me mira, todavía con la respiración agitada, y me dice: “No mames, Aylen, nunca había cogido así. Eres una pinche loca”. Yo le guiño un ojo y le respondo: “Y tú no has visto nada, mijo. Esto es solo el comienzo”.
    
    Nos vestimos, yo con mis jeans que me aprietan el culo y la blusa negra que deja ver mis pezoncitos rosados, duros como piedritas. Salimos del motel, con las piernas todavía temblándome un poco, y nos despedimos ...
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