1. Mis dudas sobre Adriana (capítulo 5)


    Fecha: 22/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: ArturoFish, Fuente: CuentoRelatos

    ... limpia y traía las cervezas para todos en la mano, detrás suyo venia Gabriela que se había puesto un short bastante pequeño y una camiseta negra, sin embargo, se notaban las tiras del bikini amarrado a su cuello, aunque se notaba que era un bikini distinto, de otro color y, seguramente, más chiquito que el de la mañana.
    
    —Qué calor ¿no? —dijo sonriendo Mauricio al llegar hasta nosotros.
    
    —Menos mal ya te refrescaste —le contestó Sebastián y todos reímos.
    
    —Esto se ve increíble —dijo Mauricio repartiendo las cervezas y mirando la parrilla— ¿Comenzamos?
    
    Yo iba a agarrar el cuchillo para comenzar a repartir, pero Gabriela se me anticipó.
    
    —No, Carlitos, nada de eso —dijo muy amable— tu siéntate que ya hiciste mucho hoy, ahora nos toca a nosotros hacer el resto.
    
    Yo sonreí y me imaginé siendo atendido por semejante mujer. Mientras tanto ella comenzó a organizar a los otros y a ponerles tareas para servir pronto. En el fondo de su olor a shampoo alcanzaba a oler su cuca empapada, hay cosas que el agua no pude cubrir y la buena corrida de una hembra es de esas cosas. Olía delicioso y se lo hice saber, quería picarla un poco.
    
    —¿Hueles delicioso? —le dije mirándola.
    
    —Gracias —me respondió sonriente— es que traje un shampoo de almendras y vainilla, lo estoy probando, pero si a ti te gusta es porque funciona.
    
    —Claro que funciona —le dije mientras me sentaba y destapaba mi cerveza.
    
    —¿Y para donde va Adriana? —dijo Mauricio.
    
    Todos volteamos a mirarla y ella ...
    ... entraba a la casa cubierta apenas por su tanga, aunque cubriéndose es un decir porque la tenía tan metida en el culo que apenas se veía un hilo grueso.
    
    —Me vas a perdonar Carlitos, pero tu esposa se ve espectacular —soltó Mauricio que no se media mucho en ningún contexto.
    
    —Sí, se ve divina así —dijo Julieta que también estaba entrando en el ritmo de la conversación.
    
    —Yo la tendría así todo el año —dijo riendo Sebastián que por fin podía decir algo sin sentirse acorralado.
    
    —No deja de sorprenderme —les dije sintiendo una mezcla de orgullo y vergüenza, aunque, sobre todo, indecisión y duda.
    
    Había un pasillo en la terraza de la casa que estaba descubierto y que se debía cruzar si uno quería llegar al cuarto en donde nos quedábamos. Cuando Adriana paso por ahí pudimos verla como si estuviera completamente desnuda, fue un instante, pero fue suficiente para que todos nos pusiéramos a soñar de nuevo. Además, noté que llevaba algo en la mano, tal vez el brasier de su bikini.
    
    Mientras comenzaban las reparticiones me quedé pensando un momento, ella había salido antes de la casa sin brasier, tal vez lo había dejado en la casa o en la cocina, pero —tal vez— lo había dejado en el cuarto y lo que llevaba en la mano era la tanga, lo que podía significar que cuando había cruzado, lo había hecho completamente desnuda. Me sonreí, no porque fuera imposible sino porque después de mi corrida todavía tenía cabeza para imaginar esas cosas. Mi mente calenturienta no se aplacaba con ...
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