-
Mis dudas sobre Adriana (capítulo 5)
Fecha: 22/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: ArturoFish, Fuente: CuentoRelatos
... otra vez —dijo ella sentándose a mi lado— ¿Por qué brindamos? —Por las pajas —dijo Mauricio adelantándose a todos que reímos sin detenernos. —Bueno, está bien —aceptó Adriana un poco sonrojada— ¡Por las pajas! Estiró su lata y todos la imitamos. —No, la verdad fue que brindamos por nuestro chef que hizo este asado, le quedó espectacular —dijo Gabriela que cada vez ganaba más puntos conmigo. —Pues muy bien —dijo Adriana— ¡Por las pajas de nuestro chef! Todos rieron, aunque a mí no me causó gran alegría, mi propia esposa burlándose de mí, y lo peor era que ella acababa de meterse el dedo y era capaz de desviar la atención de todos para que se olvidaran de ella y me la montaran a mí. Luego, al sentir un poco mi incomodidad, se quedó mirándome, me estiró su lata y dijo: —Por nosotros los pajeros. Yo no tuve más remedio que chocar mi lata y después seguir comiendo mientras hablábamos de otras cosas. La verdad era que aun sentía el calor en la entrepierna de mi esposa, a pesar de haberse masturbado seguía caliente y eso se notaba cuando veía sus pechos de reojo con sus imponentes pezones erectos que se marcaban en la tela. No estaba haciendo frio para echarle la culpa a eso, estábamos como a treinta grados y si estaban tan parados era porque estaba arrecha, porque todavía no se saciaba y porque, en cualquier momento, haría algo más duro que lo que ya había hecho. No supe si lo hizo de a posta o algo así, lo cierto fue que se sentó a mi lado, muy ...
... cerca, de tal forma que era incomodo mirarnos, pero si quedó bien de frente a los demás. Todos ellos le prestaban atención cuando hablaba y de cuando en cuando a todos, incluyendo a Julieta, se les bajaba la mirada hasta sus tetas para imaginárselas sueltas bajo las jirafas. Era todo un espectáculo. —¿Y qué vamos a hacer esta noche? —preguntó Mauricio. —¿Vamos a darle una vuelta al pueblo? —propuso Gabriela. Ellas, como si se hubieran puesto de acuerdo previamente, afirmaron. A nosotros el plan que más nos gustaba era el de quedarnos en la quinta viendo ese montón de tetas que no encontraríamos gratis en ningún otro lugar, pero ellas insistieron tanto que, como siempre, terminamos cediendo. El asado paso entre charlas, cervezas, miradas, pezones, calzones y sonrisas que nadie sabía que significaban en realidad. Por fortuna para mí, las tres chicas decidieron limpiar todo y darme la tarde libre, también por fortuna para mí, las picaduras de los mosquitos se habían desvanecido bastante bien y para esa hora si tenía las marcas, pero la incomodidad era bastante menor. Me propuse comprarme una crema de esas para el futuro, soldado advertido no muere en guerra. Decidí acostarme en una de las hamacas a reposar la tarde, yo era el único que no se había metido en la piscina en todo el día y pensaba hacerlo, pero un poco más tarde, por ahora, pensaba echarme una siesta. Con tanta cerveza, con tanto trabajo en la parrilla y con esa corridota que me había pegado antes de ...