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Casado con Raquel (1)
Fecha: 23/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Spintria1967, Fuente: CuentoRelatos
... pero… -Que suene como que de verdad lo sientes… -Sí, y me gusta… ¿No es eso lo suficientemente bueno? -¿Lo dices en serio? -Sí Raquel, te lo juro… Me gusta. -¿Qué te gusta? -Ya lo sabes, Raquel… Chupar una polla, el sabor del semen. -¿De verdad? -Sí, en serio… -Estoy tan mojada… Cómeme… Y, por supuesto, lo hice. Varios meses después Raquel insistió en que volviéramos al club de parejas. Su razón era que volviéramos a encontrarnos con la pareja de la primera ocasión. En realidad, sólo era una estratagema. Una vez que llegamos estuvo claro que el ambiente era muy diferente al de la primera vez. El ratio era de una mujer por cada diez hombres. Raquel ligó con un chico y se dirigieron a una habitación mientras yo me senté en la barra y tomé una cerveza. Cuando terminó fui a la habitación y me encontré a Raquel acostada en la cama. -Cariño, tráeme una cerveza… Y otro hombre. Aquella noche siete hombres se acostaron con ella y la velada terminó conmigo entre sus piernas comiéndola. Su sabor era muy fuerte y saturado de semen. No podía negar que me excitaba, la imagen de Raquel siendo follada por uno tras otro, aunque nada comparado con la dolorosa erección que ...
... experimenté mientras la comía. Duré menos de un minuto en sus paredes de seda y, para mi sorpresa, Raquel no quedó decepcionada por ello. Otro cambio había tenido lugar: Con anterioridad a aquella noche nunca había tenido problemas para controlar mi eyaculación. Raquel se corría siempre conmigo, pero ahora parecía obsesionada con que me corriera en el instante que la penetraba para que así pudiera empezar a comerla. No necesitó mucho tiempo para entrenarme en lo que deseaba. Por la noche Raquel me preguntaba si quería follar. Mi interpretación era la de hacer el amor, pero me dijo: -No, sólo quiero sentirte dentro de mí… No te preocupes por mí, sólo quiero que te corras. Con anterioridad el hecho de saber que Raquel estaba disfrutando me permitía aguantar más, ahora en cambio resultó que cada vez me corría más y más rápido. Al final acababa rendido sobre ella, Raquel me abrazaba y comentaba: -Eso te ha dado gusto, ¿verdad? Le respondía que sí, pero al mismo tiempo me sentía culpable por no haberla hecho llegar al orgasmo. -No te preocupes por mí, no me siento con ganas de tener un orgasmo… ¿No sienta bien ser egoísta, no preocuparte por mí?… Sólo conseguir lo que te interesa. Admití que así era.