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Capítulo 10: amistad y sumisión
Fecha: 25/11/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Gregor, Fuente: TodoRelatos
Claudia y Mariana despertaron juntas una vez más, envueltas en la misma sábana ligera, con los rayos de sol colándose por la cortina semiabierta del pequeño departamento. Mariana estaba boca arriba, con un brazo colgando de la cama donde habían terminado durmiendo, y Claudia, hecha un ovillo a su lado, con la cabeza apoyada en el pecho de su amiga, aún medio dormida. No había pasado nada fuera de lo normal la noche anterior, solo risas, confesiones a medias, el calor de la complicidad y una botella de vino compartida mientras veían una película cualquiera. Nada sexual, nada humillante. Solo amistad, cercanía, ese tipo de intimidad que no necesita de falta de ropa para sentirse real. Cuando Mariana abrió los ojos, Claudia ya estaba despierta, mirando el techo con esa expresión suya entre ausente y cansada. La calefacción del ambiente aún mantenía el calor del cuerpo de ambas, y el olor a sueño y a perfume se mezclaba en un aroma íntimo y reconfortante. —Buenos días, dormilona —murmuró Mariana, moviendo un pie por debajo de la tela, rozando la pierna de Claudia. —Mmm… buenos días —respondió ella, sin moverse—. ¿Cuánto llevas despierta? —Un rato. No mucho. Me gusta verte dormir. Te ves tranquila. Como si no pensaras en nada. Claudia sonrió levemente, sin levantar la cabeza. —Porque no pensaba en nada. Por primera vez en días, no pensaba en nada. Se quedaron en silencio, escuchando el sonido apagado del tráfico en la calle, el murmullo de un vecino ...
... cerrando su ventana, el canto de un pájaro solitario en algún lugar del edificio de al frente. Mariana se levantó primero, estirándose como un gato, su camiseta subiéndose un poco y dejando ver un trozo de piel justo por encima del short de pijama. Claudia la miró sin disimulo, medio adormilada aún, antes de estirarse ella también, bostezando con la boca abierta. —Voy a preparar el café —dijo Mariana, desapareciendo en dirección a la kitchenette. Claudia se levantó con pereza unos minutos despues, envolviéndose en una manta y arrastrando los pies hasta la sala. El departamento olía a café recién hecho y a pan tostado. Mariana, con una taza en la mano, le lanzó una mirada cómplice mientras le servía una porción de jugo de naranja natural. —¿Tostadas con mermelada o con queso? —Con queso. Estoy de antojo hoy. —Tú siempre estás de antojo. Ambas rieron, suaves, sin prisa. Se sentaron en el suelo, con las piernas cruzadas, comiendo con las manos, compartiendo el plato, bebiendo del mismo vaso. Nada que ver con la intensidad de días anteriores. Nada de presión, ni palabras clave, ni cámaras ocultas. Solo una mañana normal, tranquila, casi olvidada. No hablaron de Javier. No mencionaron nada de los retos, ni del video, ni del miedo, ni de Daniel. Solo risas, tonterías, bromas sobre la película que habían visto, sobre el sabor dulzón del café, sobre el short de Mariana que no le quedaba bien, sobre el pelo alborotado de Claudia que parecía una explosión ...