1. Capítulo 10: amistad y sumisión


    Fecha: 25/11/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Gregor, Fuente: TodoRelatos

    ... con la mochila a sus pies, la cámara en la mano y una mirada que mezclaba ternura con una tensión que no podía negar.
    
    Claudia bajó la vista, como si el suelo fuera a abrirse y tragarla. No se movió. No podía. El vino había ayudado, sí, a nublar un poco la claridad del miedo, pero no a eliminarlo. Estaba allí, dentro de ella, como una corriente subterránea que se filtraba por cada poro, por cada pensamiento.
    
    Mariana le hizo un gesto suave con la cabeza.
    
    —Vamos, Claud. No queda mucho tiempo.
    
    Claudia respiró profundo, como si fuera a zambullirse al fondo de un río helado. Sus dedos temblaban, pero se los llevó a los tirantes del vestido. Uno por uno, los deslizó por sus hombros. El vestido azul cayó al suelo como una caricia de adiós, dejando a su cuerpo expuesto al aire fresco del parque.
    
    Se quedó desnuda. Tan solo vestida con sus zapatillas blancas.
    
    El frío le recorrió la piel, pero no era solo el ambiente. Era la desnudez. La humillación. La vulnerabilidad absoluta.
    
    Sus brazos bajaron inmediatamente. Uno cubrió sus pechos pequeños y firmes, el otro se cruzó sobre su sexo, como si pudiera esconder lo que ya no tenía escapatoria. Su respiración se aceleró. El pulso le golpeaba en las sienes. Sentía las mejillas arder, el estómago en nudos, el pecho apretado.
    
    Pero también… también sentía algo más. Un cosquilleo bajo, en el vientre. Pequeño. Molesto. Indeseado.
    
    Excitación.
    
    Claudia se odió por eso. Por sentir, por reaccionar, por permitir que su ...
    ... cuerpo traicionara su mente. Pero era así. No podía evitarlo. No del todo.
    
    Mariana la observó en silencio. Su mirada no era de burla, ni de piedad. Era de deseo. De una mezcla cruel de amor, protección y lujuria que no podía contener, aunque quisiera. Claudia era hermosa. Y verla allí, tan desnuda, tan asustada, tan suya en un sentido que no podía nombrar… la encendió.
    
    Se arrodilló frente a ella, lentamente, con el marcador permanente en la mano.
    
    —Levanta los brazos un poco —le dijo, con voz baja, casi susurrante—. Solo un poco, Claud.
    
    Claudia dudó. Luchó contra sí misma. Pero al final, obedeció. Separó un poco los brazos, lo justo para que Mariana pudiera escribir.
    
    El marcador rozó su piel. Frío al principio. Luego el calor de la tinta se mezcló con el calor de su vergüenza.
    
    “PUTITA”
    
    La palabra quedó escrita en su barriga, con letras grandes, claras, firmes. Mariana la observó con una mezcla de satisfacción y culpa. El cuerpo de Claudia era hermoso, sí. Pero ahora era también una superficie de dominación. Defenestrada. Marcada.
    
    Claudia bajó la mirada, apenas un instante. Vio la palabra reflejada en el suelo, en la luz tenue del parque. Y sintió que el aire se le iba.
    
    Mariana se puso de pie, y le acarició la mejilla con el dorso de la mano.
    
    —Voltea —le dijo, suave.
    
    Claudia obedeció, lentamente. Con los hombros tensos, con la espalda recta, con la piel erizada. Se dio la vuelta, ofreciendo su espalda al mundo, su culo pequeño y redondo, su piel ...
«12...111213...23»