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Capítulo 10: amistad y sumisión
Fecha: 25/11/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Gregor, Fuente: TodoRelatos
... llevar. Era una mujer rota. Una puta herida. Una amiga que no sabía si quería salir del infierno o si ya se había acostumbrado al calor. —No sé si hablar con él serviría a esta salturas tienes razon —dijo Mariana, con voz baja—. Pero tampoco sé si hay salida solo queda seguir el juego y esperar que podamos recueprar todo. Claudia cerró los ojos. —Si no logramos el plan… terminaré sin Daniel… o terminaré follada por Javier a su antojo. —¿Qué opción tengo? Mariana apretó los labios. No podía mentirle. No podía engañarla. No podía decirle que todo estaría bien cuando ni ella misma lo creía. Pero sí podía intentar aliviarla, aunque fuera por un segundo. —Bueno… —dijo, con una media sonrisa—. Si Javier decide follarte de una vez… no será gran cosa. Con la pija tan chiquita que tiene, ni te darás cuenta. Claudia parpadeó. Primero confundida. Luego, algo en su pecho se movió. Algo pequeño. Algo fugaz. Una risa. Breve. Sincera. —Eres una zorra —dijo, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano—. Una zorra cruel. —Soy tu amiga cruel —dijo Mariana, con una media sonrisa—. Y mientras esté aquí, no dejaré que te ahogues del todo. Claudia asintió. No necesitaba más. No por ahora. No con el plug en su culo, con el vino en su sangre, con el miedo en su cuerpo. Pero también con algo más. Con algo que no sabía si era esperanza. Con algo que no sabía si era resistencia. Con algo que no sabía si era ella misma. Pero entonces, con voz baja, casi como si ...
... se lo dijera a sí misma, murmuró: —Me lo juré… que nunca… nada más entraría ahí. Mi culo… era mío. Nadie lo tocaría. Ni yo. Ni él. Nunca. Era lo único que me quedaba. Lo único que no me iba a dejar perder. Pero lo hice. Lo dejé entrar. Y me corrí. Y ahora no puedo sacarme ese trozo de plástico del culo… ni el miedo del alma, me esta conviertiendo en una puta y no quiero serlo. Mariana la miró con el corazón apretado. —No eres una puta, Claud. No por esto. Claudia soltó una risa amarga. —¿Y qué soy entonces? —Una mujer que no tiene elección. Una mujer que está luchando. Una mujer que no se rinde. Aunque ya no se reconozca. Claudia apretó los dientes. No lloró. No esta vez. —Pues que se joda el mundo. Porque si me tienen que ver así… que me vean. Pero que sepan que no es por gusto. Que es contra mi voluntad. Que es porque tengo un alma. Y que aún no me la han matado. Mariana la abrazó fuerte. Como si pudiera sostenerla. Como si pudiera protegerla. Como si pudiera salvarla. Pero ninguna de las dos sabía si eso era posible. Porque Javier seguía allí. Porque el plug seguía dentro. Porque el infierno no se termina con un abrazo. El mensaje llegó como una bofetada fría en la cara. “Bien hecho, puta. La leche que me hiciste correrme fue genial. Ahora entiendo por qué no puedo dejar de follarte con la mente. Pero pronto, Claudia… pronto te tendré de carne y hueso. Me muero por metértela. Por hacerte mía de verdad. Aunque la idea de que otros te usen ...