1. Capítulo 10: amistad y sumisión


    Fecha: 25/11/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Gregor, Fuente: TodoRelatos

    ... se moviera dentro de ella.
    
    El taxista se presionó la pija sobre la ropa, asintiendo de nuevo.
    
    —Sí, me gusta —admitió—. Me pone muy duro verte así.
    
    Claudia, con voz perdida y mirando a la cámara, preguntó:
    
    —¿Podría sacármelo?
    
    El taxista, sin pensarlo dos veces y aprovechando la oportunidad de tocar ese culo tentador, asintió y se acercó. Claudia se volteó lentamente, girando su cuerpo para quedar de frente al taxista. Con movimientos deliberados, levantó las piernas y se sentó a horcajadas sobre el asiento, exponiendo completamente su sexo y el plug encajado en su culo. Desde el punto de vista del taxista, la vista era impresionante: el culo redondo y firme de Claudia, con el plug brillando invitador, y su sexo húmedo y brillante, listo para ser tomado.
    
    Claudia pasó una mano por debajo para seguir masajeándose, pero también para bloquear el acceso a su coño, dándole al taxista una vista clara de su culo. Miró fijamente a Mariana con ojos que parecían invitarla a participar, y tal vez Claudia se lo hubiera permitido. Pero Mariana se mantuvo en su lugar, lista para actuar si era necesario, con el corazón latiendo rápido y las manos sudorosas, preparada para intervenir si el taxista se pasaba de la raya.
    
    El taxista, con manos temblorosas, agarró el plug y comenzó a sacarlo lentamente. Claudia sintió una mezcla de alivio y dolor. El plug se movía, estirándola, recordándole su presencia, su invasión. Era una sensación extraña, dolorosa y placentera a la vez. ...
    ... Cuando el plug finalmente salió, Claudia sintió un vacío, una liberación, pero también una punzada de dolor. Gimió, un sonido que era una mezcla de placer y sufrimiento.
    
    —Dime, ¿te gusta lo que ves? —preguntó Claudia, mirando al taxista con ojos vidriosos.
    
    El taxista asintió, sin poder apartar la mirada de ese culo tentador.
    
    —Sí, me gusta —respondió, con voz ronca—. Eres jodidamente sexy.
    
    Claudia sonrió ligeramente, una sonrisa que era más una mueca de dolor que de placer.
    
    —¿Qué me harías si pudieras? —preguntó, moviendo las caderas ligeramente, haciendo que el taxista se presionara la pija de nuevo.
    
    —Te follaría por el culo —respondió el taxista, sin dudar—. Te pondría de rodillas y te follaría fuerte, hasta que grites. Y también te follaría la concha. Te pondría boca abajo y te penetraría por detrás, duro y profundo, hasta que no puedas más.
    
    Claudia asintió, gimiendo suavemente.
    
    —Y, ¿por dónde me lo harías primero? —preguntó, con voz perdida.
    
    —Por el culo y luego por la concha —respondió el taxista, sin dudar—. Te pondría de rodillas y te follaría fuerte, hasta que grites. Y luego te daría la vuelta y te penetraría por delante, mirando tus tetas mientras me corro dentro de mí.
    
    El taxista, sin esperar más, metió un dedo en el culo de Claudia, comenzando a follarla con el dedo. Mariana, al ver eso, se tensó, lista para actuar, pero Claudia le hizo una seña para que esperara. Claudia tenía un plan, y Mariana lo entendió, aunque su corazón latía con ...