Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió - Relatos Eróticos

Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió

... todos los demás, es evidente que le ponemos, sobre todo Lulu, a la que mira como si fuese una obra de arte, a mí también creo que me mira con esa misma admiración, incluso a Violeta, lo que pasa es que su altura y su color acojona a cualquiera que no la conoce.

·Lulu. – Eso mismo, es como si estuviese mirando algo maravilloso, como lo explico, por ejemplo, si ves una tormenta tremenda con rayos y truenos, te quedas mirándola con fascinación, como algo que supera tus propias fantasías, como algo irreal, pero que no se puede tocar. Pues así es como me siento cuando me mira Nando, eso sí, con cara de bobo, pues se le abre la boca y entonces me entran ganas de reír.

·Violeta. – Pues a mí no me importaría que me diese un buen meneo, no parece mala persona, y falta saber cómo tiene la herramienta. ¿De verdad creéis que me tiene miedo?

·Bea. – Tías, que es mi hermano, y además mi mellizo. Pero lo cierto es que da la impresión de que no hace mucho caso a las chicas, bueno menos a Chiqui, que con esa sí se lleva bien.

·Lola. - Pues en unos días, cuando llegue el buen tiempo, le diré a mi madre que os invite a la piscina, y te traes a tu hermano, y a ver cómo responde con nosotras cuatro, todas medio en pelotas.

·Bea. – A mí no me metas, que yo a mi Nando lo quiero muchísimo, pero creo que yo a él no le gusto, me quiere, eso sí, pero si le provoco enseñándole más de la cuenta, rápidamente desaparece.

·Lulu. – Entonces, ¿te follarías a tu hermano?

·Bea. – No lo ...

... sé, pero es posible, aunque deberían de darse una serie de circunstancias muy extrañas.

·Violeta. – Te parecen poco extrañas las circunstancias de nosotras cuatro, que con lo buenísimas que estamos todas, seguimos siendo vírgenes.

·Lulu. – Pero es que los tíos son unos degenerados, solo piensan en tocarnos las tetas y llegar después más lejos, y si los rechazas, te miran mal.

·Lola. – Lo que no queréis daros cuenta es lo que os vengo diciendo yo desde hace meses, se creen casi todos que somos lesbianas, porque nos besamos, jugueteamos haciéndonos caricias, jugamos al futbol y en según qué momentos soltamos unos tacos de la ostia, sobre todo jugando.

·Bea. – Bueno, dejemos a mi Nando en paz, que este video lo estamos haciendo para concienciarnos de que debemos de follar antes de entrar en la Uní, y a ver quién es la primera. Entonces haremos el segundo video homenajeando a la que lo haya conseguido, que espero ser yo.

Una vez terminado el video, me di cuenta de que de nuevo sin siquiera tocarme estaba de nuevo a punto de correrme como un lunático, aunque esta vez me dio tiempo a cogérmela y dirigirla al clínex, sin armar ningún otro estropicio. Luego escondí el pendrive y me acosté, pero no podía conciliar el sueño dándole vueltas al jodido video, y no solo a lo buenas que estaban la cuatro, incluida mi propia hermana, con sus coños recién afeitados, también a lo que decían, sobre todo por parte de Bea. Es cierto que en todos los trabajos que había que hacer ...