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Dime que me vas a coger como a una puta (1)
Fecha: 19/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Carolina1906, Fuente: CuentoRelatos
Cuando Anna (sí, Anna con “nn”. Descendiente de colonos rusos de San Javier) se me apareció por primera vez -fue a principios del verano de 2008- recibí un gran impacto: ella era tan hermosa y sexy. Estaba orgullosamente colgada del brazo de Carlos, mi hermano mayor. Acababan de llegar de Montevideo, donde acababa de terminar sus estudios de ingeniería, la había conocido y se había casado con ella. Inmediatamente me sentí atraído por ella; aunque al instante comprendí que estaba cruzando una línea roja al tener tales pensamientos hacia quien era mi cuñada, la esposa de mi hermano. Pero ninguna fuerza en el mundo podría haberme impedido admirar esta hermosa mujer que la casualidad había transformado en mi cuñada y transportado a Nueva Helvecia, a la casa de mis padres. Era sumamente hermosa; una auténtica belleza eslava: alta, rubia, rolliza, con unas curvas que harían agacharse a un ciego y… esa nariz tan característica de los eslavos. Anna tenía un rostro ovalado, de pómulos prominentes, una boca grande y golosa rodeada de labios admirablemente carnosos. También tenía un mentón bien definido, lo que le daba una fuerte impresión de voluntad y vigor. Su cuello era largo y grácil, blanco y suave, colocado armoniosamente entre dos soberbios hombros anchos y redondos. Y su piel era luminosa, casi blanca lechosa y que imaginé que sería suave como la seda. Se vinieron a vivir a la gran casa de la familia donde vivíamos mis padres y yo. Mis padres usaban la ...
... habitación de Carlos y la reorganizaron para acomodar a la pareja. Allí se quedaron hasta que mi padre, que acababa de terminar de comprar una hermosa casa en la Colonia Valdense, decidió mudarse con mi madre para pasar allí el resto de sus vidas. Habían dejado la casa en Nueva Helvecia bajo la responsabilidad de Carlos y su esposa. Yo todavía estaba terminado el bachillerato, no estaba en condiciones de poder asumir tal responsabilidad. Mientras mis padres aún estuvieron allí, todos vivíamos en perfecta armonía. Bueno, no tan perfecta, ya que en la discreción de mis noches, la belleza seductora de mi cuñada me había llevado muy a menudo a tener sueños eróticos en los que ella era la protagonista. Amanecía bañado en sudor, con los slips sucios. Al despertar me sentía avergonzado de ello, teniendo en mí la extraña impresión de haber sido muy feliz en mi sueño. Prácticamente todas las noches me dormía con la secreta esperanza de seguir soñando con Anna. Las cosas empezaron a ir muy mal cuando mis padres se mudaron y durante gran parte del día me encontraba solo con Anna. Todo el año que había pasado con mis padres, Anna había sido muy discreta en su forma de vestir en casa; solo usaba batas de baño o chandales holgados que disimulaban un poco sus seductoras formas. Incluso en su comportamiento con su marido, evitaba toda forma de exhibición. Seguramente había sido informada por Carlos, quien le habría explicado sobre el estilo de vida pudoroso de nuestra familia. Pero al día ...