1. Dime que me vas a coger como a una puta (1)


    Fecha: 19/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Carolina1906, Fuente: CuentoRelatos

    ... siguiente de que mis padres se fueran, el comportamiento de Anna se volvió deliberadamente —y por razones que más adelante descubrí— cada vez más seductor. Llevaba nada más que vestidos muy cortos y ajustados que mostraban prácticamente todos sus atractivos, ¡y qué atractivos! Peor aún, para mis sentidos sensibles, se había vuelto muy ruidosa cuando tenía sexo con su marido. No me dejaba ignorar absolutamente nada de todo lo que hacían en la cama su marido y ella.
    
    Ella hablaba y gritaba para que yo pudiera escuchar absolutamente todo. Tenía la sensación de que lo estaba haciendo a propósito. Y que no tenía otro fin que excitarme y ponerme los nervios de punta. Escuché a mi hermano -mucho más discreto- pidiéndole que bajara la voz para no ser escuchada, pero eso no tuvo ningún efecto, salvo un resultado perverso que la hacía gritar aún más fuerte. No entendía por qué estaba haciendo esto; por qué le gustaba excitarme así. Mi hermano era mucho más guapo y fuerte que yo. Seguro que él sabía hacer el amor mejor que yo, que todavía era un novato en la materia; con poca experiencia sexual.
    
    Pensé que era un juego pervertido al que estaba jugando para excitarme y hacerme pensar en ella como algo más que un pariente intocable. Quería que pensara en ella como una «femme fatale», un símbolo sexual, que ya no podía pensar sin desearla. Y de hecho, pasé casi todas mis noches masturbándome enérgicamente, pensando en ella; sólo en ella. Había intentado varias veces pensar en otra ...
    ... mujer: una compañera de clase, una hermosa prima a la que estaba cortejando o incluso una actriz de cine; nada ayudó; Anna obstinadamente volvía a ocupar mis pensamientos. Incluso cuando me dormía, seguía siendo ella quien venía a cuclillas a los sueños eróticos que yo tenía en profusión.
    
    Las sábanas invariablemente tenían las marcas de mis sueños eróticos y mis masturbaciones frenéticas. Todas las mañanas, avergonzado, las metía en la lavadora, con la esperanza de que Anna, antes de encenderla, no las sacara para admirar los rastros de suciedad que le demostrarían el poder que tenía sobre mí. Pero yo estaba convencido de que lo hacía sistemáticamente y que estaba jubilosa de ver el resultado de sus maquinaciones maquiavélicas.
    
    De hecho, muchas veces había notado que me miraba con una sonrisa irónica y una mirada provocativa de soslayo. No tenía ni idea de cómo comportarme con ella. Cada vez que pensaba en ella, me erizaba. Y me avergonzaba de ello. Y luego, una mañana, una gota de agua que desbordó el vaso -al menos en lo que a mí respecta-, después de que mi hermano se fuera a trabajar, ella vino a provocarme a mi habitación, vestida con una prenda muy pequeña. Aquel babydoll violeta y transparente me sigue llamando la atención hasta el día de hoy, dejando absolutamente todo a la vista de su maravilloso cuerpo.
    
    En voz muy baja, casi ronroneando me había dicho que estaba aburrida sin hacer nada en todo el día. No me dijo directamente que estaba buscando una aventura ...
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