El misterio del Hotel Hécate - Relatos Eróticos

El misterio del Hotel Hécate

... las uñas clavándose en los hombros de Damien mientras ambos gemelos la empalaban al mismo tiempo, llenándola hasta el tope.

El Espasmo Incontrolable. El dolor se mezcló con el placer, una corriente eléctrica que le quemó las entrañas. Su cuerpo traicionó cualquier resistencia—su coño se apretó como un puño alrededor de Damien, mientras su ano palpitaba en torno a Lucian.

"¡Mierda, sí… así de apretada!" gruñó Damien, clavándole los dedos en las caderas.

"Gime más… Nos encanta oír cuando se rompen" susurró Lucian, mordiendo su hombro mientras aceleraba el ritmo.

Y entonces, Susi reventó, un chorro caliente empapó el piso y las piernas de Damien, sus músculos convulsionando sin control. Su cabeza cayó hacia adelante, jadeando contra el pecho de Damien, pero los gemelos no se detuvieron.

Un Ritmo Salvaje.

Lucian la jaló por el pelo, obligándola a arquearse mientras él y su hermano la usaban como un juguete, cambiando ángulos para golpear cada punto sensible.

Damien le agarró la garganta, no para ahogarla, sino para sentir cada gemido vibrar en sus dedos.

El sonido húmedo de sus tres cuerpos llenó la habitación, mezclado con maldiciones y el golpeteo de piel contra piel.

"Esto es solo el principio, Susi…" Lucian le lamió la oreja.

"Vamos a llenarte hasta que no caminés…" Damien clavó los dientes en su clavícula.

Y Susi, atrapada en su doble empalamiento, solo pudo gemir su rendición.

La cama crujió bajo el peso de los tres cuerpos sudorosos, ...

... las sábanas enredadas como testigos mudos del festín carnal que se desarrollaba. Susi ya no era más que un juguete entre ellos, moldeable, quejumbrosa, adicta a cada empujón.

Con un movimiento sincronizado, la voltearon como a un panqueque. Ahora Lucian estaba frente a ella, su miembro brillante de sus propios fluidos y los de ella, mientras Damien se colocaba detrás, sus manos agarrando sus caderas con fuerza de presa.

Lucian se deslizó dentro de su coño aún palpitante, hundiéndose hasta el pubis con un gruñido animal.

Damien, sin ceremonias, volvió a abrir su trasero con dos dedos antes de penetrarla de nuevo, esta vez más profundo, más despiadado.

Susi gritó en éxtasis, las lágrimas mezclándose con el sudor, pero los gemelos no se detuvieron.

Montada Gemela: La sentaron sobre Lucian, ensartándose en su miembro mientras Damien, detrás, la empujaba hacia abajo una y otra vez, asegurándose de que no escapara ni un centímetro.

Perrito Compartido: Susi en cuatro patas, Damien en su coño, Lucian en su boca, ahogándola con su grosor mientras su hermano la golpeaba con embestidas que hacían temblar el marco de la cama.

Misionero Perverso: Lucian la acostó boca arriba, elevando sus piernas sobre sus hombros para penetrarla más profundo, mientras Damien, de pie junto a la cama, le frotaba su miembro en la cara, obligándola a lamerlo entre gemidos.

El Sándwich: Sus cuerpos aplastaron el de ella; Lucian encima, bombéandola sin piedad, mientras Damien, debajo, la ...