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Capítulo III. Primer Contacto
Fecha: 22/12/2025, Categorías: Gays Autor: Jordi97, Fuente: TodoRelatos
... sintió entre halagado y confuso. Pero cuando Elías le tomó la mano y lo llevó a la pista, supo que quería quedarse con él. Bailaron. Al principio, separados. Luego, más cerca. Elías lo tomó por la cintura. Iván sintió el calor del cuerpo ajeno. Se movían al ritmo suave de una canción electrónica, pero cada roce era más intenso. Elías bajó una mano hasta la parte baja de su espalda. Iván sintió que su polla se endurecía otra vez. Lo sabía. Elías también lo sabía. —Así se empieza, lento —le susurró al oído—. Sin prisa, pero sin freno. Se quedaron bailando un buen rato. Elías hablaba de México, de lo diferente que era vivir su sexualidad allí. Iván hablaba poco, pero escuchaba todo. A veces no sabía si le atraía más Elías o lo que representaba: libertad. Una versión de sí mismo sin miedo. —Me gustas —dijo Elías, bajito. —¿Por qué? Apenas me conoces —respondió Iván. —Porque me miras como si fueras a estallar. Y eso me encanta. Iván lo miró, tragando saliva. La respiración acelerada. Luego, sin pensar, sacó su móvil. —¿Me das tu número? Intercambiaron teléfonos. A los pocos segundos, a Iván le llegó un mensaje: "¿Listo para más? Esta noche recién empieza, chavo…" Iván fue al baño. Necesitaba aire. Lavó su cara. Se miró en el espejo. Su rostro estaba encendido. Los ojos brillaban. Tenía una erección. La ropa no la disimulaba. Su pecho subía y bajaba con fuerza. Entonces, la puerta se abrió. Un chico de tez clara, con una camiseta ajustada ...
... y mirada ardiente, entró y cerró tras él con llave. No dijo su nombre. Solo lo miró. Se acercó despacio. Iván no se movió. El desconocido le acarició la cintura, bajó su mano hasta la bragueta y, sin pedir permiso, la desabrochó. La polla de Iván saltó al aire, gruesa, palpitante. Le dio una lamida lenta, casi simbólica. Y el chico comenzó a lamer su glande y a introducir su pene poco a poco con cierta destreza mojando cada centímetro de su miembro. El joven cada vez tenía su boca más llena del pene de Iván y él gemía de placer. Hasta que de repente Iván jadeó, y se apartó antes de que avanzara más. —No —susurró—. No aquí. El chico le sonrió, sin enfado. Le cerró la bragueta y desapareció. Volvió a la barra. Se bebió de golpe una copa de ron con Coca-Cola. Se desabrochó todos los botones de la camisa, dejando ver parte de su torso. No se la quitó. Solo dejó que el aire lo tocara. El ambiente seguía vivo, eléctrico, y él formaba parte de ese circuito. Elías se le acercó. —¿Todo bien? —preguntó, levantando una ceja. Iván asintió. Pero la polla aún seguía dura y húmeda, marcada bajo el pantalón. Varias miradas se desviaban a su entrepierna. Un tipo le dijo: —Si vas a tener eso así, hay que compartirlo, ¿no? Dani se rió a lo lejos. —Que fogoso eres primito. Iván no respondía. Solo miraba a Elías. Elías le acarició el cuello. Lo atrajo hacia él. No lo besó. Solo lo rozó. Sus labios estaban a centímetros. —Tengo ganas de comerte ...