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El juego de los intercambios
Fecha: 25/12/2025, Categorías: Intercambios Autor: Bennasar, Fuente: TodoRelatos
... ella; como estaba medio incorporado me puso una mano por detrás del cuello y me acercó hasta besarnos. Nos besamos como adolescentes. Volví a coger una teta, me cabía perfectamente en la mano, notaba su peso ligero, de manera que estábamos realizando los tres tabús a la vez. —¿Te gusta que esté dentro de ti? —¡Estaba entrando y saliendo de la vagina de Aurora! —¡Qué buena idea! ¡Qué buena idea! ¡Como me gusta Germán…, perdón, ja, ja, Jaime! ¡Qué buena idea la vuestra! —Y a continuación decía palabras ininteligibles, creo que tenía un poco de verborrea. —Oh, Dios mío, oh Dios mío —Se oía a Teresa y reía a continuación, se le escapó un pequeño llanto. A nuestro lado Germán estaba en la postura del misionero con Teresa, no veía que la tuviese dentro, pero lo podía imaginar y ambos tenían las dos manos en el culo del otro, no sentía celos porque yo hacía lo mismo y porque era Germán. Teresa pasó una mano y me acarició la espalda recordándome que aunque follase y disfrutase con Germán, me quería, la contesté con un caricia en el brazo. Aurora había metido una mano entre nosotros y se acariciaba el clítoris hasta que llegó al nuevo orgasmo. Si la vagina de Aurora era de por sí estrecha, con las contracciones de su orgasmo literalmente me ordeño y no pude aguantar. Me mantuve dentro hasta que el pene no pudo mantenerse dentro y salió. Entonces hice algo que no había hecho antes, Le pasé la mano por la vulva y recogí la mezcla de semen y secreciones que salía de su ...
... vagina y me la llevé a la boca. Algo se quedó en la mejillas. Al verlo Aurora me abrazó y me besó traspasando parte a su mejilla y a su boca. Mientras Germán y Teresa seguían bombeando pero habían cambiado de postura, los dos estaban vueltos hacia nosotros, Germán desde detrás, en cucharita, en esa postura si veía el pene en la vagina de Teresa, el pene taponaba totalmente la vagina de Teresa, y a pesar de lo profundo que había llegado observé que los testículos no llegaban a contactar con los labios de Teresa, nunca tuve antes esa perspectiva de Teresa; el colchón se tambaleaba a su ritmo. Pasé una mano y le acaricié la teta a Teresa sin quitar la vista de la penetración. —Preciosa, quiero que te corras muy fuerte, ella me miró a los ojos y noté en ellos la flojera que antecede el orgasmo y se corrió chillando, al grito se le unió Germán. Descansábamos en pareja cambiadas. Yo estaba tumbado, encima de mí, Aurora. Yo también había colocado las manos en las nalgas de Aurora y con un dedo llegue al ano, todo muy despacio, a pesar de haber descargado seguía siendo un placer su pequeño cuerpo. No le debía desagradar porque al notar el dedo colocó sus labios abiertos rodeando el lóbulo de la oreja sin hacer nada más. A mi lado estaba Teresa con Germán encima, José parecía olerle el cuello. —Aurora, ¿me devolverías a mi chico una vez investigado a fondo? —bromeó Teresa. —Ha sido un placer pero te lo devuelvo. —Según cambiábamos Teresa dijo. —Aurora, un último experimento ...