El juego de los intercambios - Relatos Eróticos

El juego de los intercambios

... nuestros amigos.

—¿Qué parte te gusta más de una mujer?

—Me gustan todas pero me atrae mucho una parte que es la más difícil de ver, nosotros desnudos exhibimos, queramos o no, el pene, mientras las mujeres tienen resguardado su coño, siendo la parte que más me gusta es la que menos he visto salvo echando un polvo. ¡Es tan diferente en cada mujer!

—Quizás a mi lo que más me gusta es el culo... no, las tetas… mmmm, me parecen que encierran toda la intimidad aunque el coño me gusta para darlas placer, y por supuesto para meterla.

—Ja ja, si nos oyeran las chicas. A lo mejor, en privado, hablan de cosas parecidas.

—Es posible, ja ja.

—Te advierto que yo cuento a Teresa estas cosas, no es muy celosa y yo algo más pero poco.

—También tengo la manía de contar todo a Aurora. Entonces, ante una chica cualquiera ¿que te gustaría hacerle?

—Me gustaría… si fuese un mundo ideal, sin celos ninguno y con libertad: Igual que al conocer una persona le miramos a la cara si nos interesa, yo abriría las piernas a las chicas que me gustan e investigaría su coño, lo miraría detenidamente, lo olería, lo acariciaría y seguramente buscaría su placer, el coño es un ser vivo dentro de un ser vivo.

—...Y le meterías el pene.

—Es lo que menos me interesa, pero sí, si ella quisiese.

—¿Con todas?

—Ya te he dicho. con las que me gustan que son muchas.

—¿Y Teresa?

—Pues por eso no lo hago, estoy enamorado, chico.

—Es una pregunta rara, no la contestes si ...

... quieres. ¿Alguna vez se lo has visto bien a Aurora?

—No. Nunca.

—¿Nunca? Y eso que vamos desnudos todo el día. ¿Y lo has deseado ver? Dices que lo deseas ver prácticamente a todas.

—Lo siento, alguna vez he tratado de pillarla en un descuido, es casi imposible porque además tengo que disimular. Estando todo el día desnudos, nunca se lo he visto, y sí, tengo curiosidad. Aurora es la persona más amable que conozco, le pone buena cara hasta a los antipáticos y siempre está dispuesta a ayudar, solo con eso me despierta curiosidad pero nunca haría nada, es tu pareja y eso lo respeto mucho. Y tú ¿Has tenido alguna curiosidad con Teresa?

—Resulta que una vez vi a Teresa.

—¿Explica? ¿Aparte de verla todos los días? —Suponía a que se refería pero quería que me lo contase.

—Escucha. Una vez en el bungalow que alquilamos en El Portus —otro sitio nudista.— pasé por vuestra habitación para ir al baño, la puerta estaba abierta y Teresa tenía las piernas abiertas… y tú el pene a tope, ja, ja, ja y la vi, a saber que estabais haciendo.

—¿Te gustó verla?

—Es difícil decírtelo, porque si digo que no parece que le hago un desprecio, si digo que sí puede sentarte mal.

—Tenemos confianza, no me sienta mal sea lo que sea.

—Pues, sí, me gustó y aprovechando que estabais distraídos miré un poco más de tiempo del que sugieren las buenas costumbres. Te pido disculpas.

—No te preocupes, yo habría hecho lo mismo, creo. ¿Y te pareció bonito?

—No sé si la palabra es bonito. ...