El juego de los intercambios - Relatos Eróticos

El juego de los intercambios

... dijo que lo que quería yo era hacerlo con Teresa. En broma le dije que no era mala idea y terminamos haciendo el amor y luego… hablamos de proponeroslo.

—¿Habéis hecho esto antes?

—No, ni en broma, estoy tan asustado como excitado. Bueno, ¿Te apetece? ¿Lo intentamos?

—Tengo una erección solo de escucharte. —La erección venía de la visión que había tenido mirando entre las piernas de Aurora y más fugaz viendo en mi cabeza a Germán hurgando entre las de Teresa, visión que no me había atrevido a imaginar hasta ahora.— Por mí, claro. En cuanto a Teresa creo que no será difícil convencerla, le encantan las novedades y le encanta el sexo, mejor que te investigue a ti como novedad y no a otro.

Hablé con Teresa, le conté todas las conversaciones, incluidos los vetos de Germán. lo pensó bastante y al final dio el visto bueno.

—Si tú tienes curiosidad por el coño de Aurora yo tengo curiosidad con el pene de Germán, nunca he tocado ninguno operado de fimosis, eso de curiosear en los órganos sexuales ajenos es muy íntimo e interesante pero tenemos más que confianza con ellos, sería con las únicas personas con quien podríamos llegar a hacer eso.

—O sea que te convence lo de tocárselo y qué te toque.

—Vaya ¿No te parecerá mal? Pues claro que sí, como a ti con Aurora ¿o me dices que a ti no te gustaría?. Ah, y me gusta que sea delante de ti. Pero el más retorcido eres tú, así que no preguntes tanto, recuerda que es idea tuya.

—No lo he dicho con crítica sino porque ...

... me ha excitado pensarlo.

—Ya te conozco.

—Pues ya que me conoces, si lo hacemos, haz algo que me de un poco de celos pero sin regodearte demasiado, ¿vale?

—Estoy desando cogerle la polla a Germán y no me importaría hacerle una paja. —Puso cara de placer fingido mientras con la mano hacía una paja fingida.

—Tonta, ahora no.

—Ja, ja. Era broma, pero tiene un punto de verdad ¿Te pone nervioso que te diga eso?, ¿te pone nervioso? —Y me tocaba.

—Un poco, ¿le comunico a Germán que estamos dispuestos…? en cuanto se me baje la erección, ja ja.

—Por mí, adelante.

Se lo comuniqué a Germán y decidimos hacerlo después de cenar; como no, estaba impaciente. La cena fue de lo más interesante, cenamos empalmados, yo al menos, menos mal que nadie miró bajo la mesa, en la cena decidimos lo que haríamos; tras varias ideas elegimos la de hacerlo uno a uno, primero el chico, ya que éste puede perder ganas si descarga, y luego la chica, y decidimos a cara y cruz si empezaba yo o Germán. Le tocó empezar a Germán con Teresa. Ni que decir que como siempre estábamos desnudos.

—¿Empezamos? —dije. Fuimos a nuestra habitación, Germán y yo algo empalmados.

—Antes me gustaría saber si hay problema que seamos un poco guarros o tenemos que hacerlo todo muy aséptico. —Preguntó Aurora.

—En cuanto nos pongamos a investigar cada uno hace lo que quiera ¿no? —Contestó Germán

—Sí, hay confianza… y ...curiosidad... y... ganas, ja ja.

—¿Me darías la mano mientras Germán me hace ...