El juego de los intercambios - Relatos Eróticos

El juego de los intercambios

... ¿Me dejas tocarte, solo tocarte un momento la vulva?

—Vale y yo la tuya.

—Vale. —Y ambas dirigieron los dedos a la vulva de la otra. Solo fue un roce muy ligero.

—Me gusta —Ambas se sonrieron y se dieron un pico y cambiamos las parejas quedándonos abrazados a la auténtica y así dormimos los cuatro en la misma cama.

—¿Qué tal con Aurora? —Me dijo al oído.

—Es preciosa. Recuérdame que te hable de su vagina. ¿Y Germán? ¿Te ha gustado que te la meta?

—Bueno, no ha estado mal. Ya eran nuestros mejores, mejores amigos y les quiero mucho, ahora lo son más.

Como todos sospechan y suele ocurrir a través de los siglos de la historia del mundo, llegó el día siguiente. Según despertamos fuimos al espacio común donde nos reuníamos para bajar a desayunar. El primero que aparecí fui yo seguido de Teresa, luego Aurora y Germán juntos, salude a Germán con dos besos como hicimos siempre y al saludar a Aurora nos salió darnos un abrazo, no en vano habíamos practicado el amor con nuestros cuerpos, no fuimos más allá, pero me encantó volver a sentir su cuerpo desnudo, Germán y Teresa hicieron lo mismo. Desayunamos y pasamos la mañana juntos en la piscina del hotel donde gente de todas las edades gozaba de estar desnuda. En algún momento Aurora me pilló mirando su cuerpo, con una sonrisa y tranquilamente abrió un poco las piernas para que pudiese llegar más lejos en la mirada, le sonreí agradecido, entre Teresa y Germán también pillé miradas. Habíamos destapado algo difícil ...

... de cerrar. La curiosidad se había convertido en deseo. Le propuse a Germán tomar una caña.

—¿Como lo ves?

—Interesante y chungo.

—Algo así pienso yo.

—¿Propones algo?

—Hablemos con las chicas y si tú y ellas estáis de acuerdo, nos quedan siete días, durmamos cambiados una o dos noches.

—Buff, algo así podemos hacer, ya sabes que soy un pelín cauto o miedoso, como quieras llamarlo, me da un poco de miedo imaginarte en la cama a solas con Aurora pero pensar en estarlo con Teresa…, también puse tabús en lo de ayer, nos los saltamos todos y fue estupendo. Vale, se lo digo... pongo un pero, me gustaría que la puerta entre habitaciones quedase abierta, no es para oír vuestros jadeos y orgasmos, es que estoy más tranquilo.

—Me parece bien.

Se lo comenté a Teresa.

—Lo suponía. No me parece mal, Por cierto, ¿Qué me querías contar de la vagina de Aurora?

—Una tontería, la vagina de Aurora es muy estrecha lo cual es muy gustoso.

—¿Eso quiere decir que ya no te gusta la mía?

—Como voy a decir tamaña tontería. Si quieres que paremos en seco estas incursiones, lo hacemos de inmediato. Por nada del mundo te cambiaría.

—Un poco sí, me estas pidiendo que cambiemos de pareja una o dos noches. Antes de que te arrepientas pensando que pongo pegas, que no es mi intención, te digo que sí, es por discutir un poco. La polla de Germán es parecida de tamaño a la tuya pero es diferente y me ha gustado sentirla en mi vagina que ahora sé que es algo más grande que la ...