Lejos de casa (1. Llegando a una nueva tierra) - Relatos Eróticos

Lejos de casa (1. Llegando a una nueva tierra)

... estás diciendo?

Así de real.

Se levantó de su silla y se acercó a la mía, se sentó en mis piernas rodeándome con las suyas, me miró a los ojos.

¿Puedo seguir?

Sí

Su boca se pegó a la mía mientras sentía su firme trasero apretando mi entrepierna. Sus labios se movían de forma deliciosa sobre los míos y tímidamente su lengua entró en mi boca. Mi pene empezó a crecer bajo ella. Se separó lentamente del beso.

¿Te gustó?

Fue increíble

Bien, ese es mi sello de garantía. Disfruta de mi, dejame disfrutar de ti, ayúdame en mis planes y juntos podremos hacer con Karla lo que queramos.

Sea lo que sea que planees, estoy dentro.

Perfecto- nos volvimos a besar- dios mio, también besas increible. Hoy no te voy a dar todo lo que quisieras, pero no puedo dejarte así sin más.

Se desprendió de su blusa y brasier de forma rápida, revelando unas tetas pequeñas, de pezones marrón claro, aureola pequeña y un pezón mediano levantado, estaban duros de la excitación. Sin resistirme ni preguntar me metí su teta derecha en la boca y con la mano derecha apreté la izquierda. Era maravilloso volver a tener unos senos en la boca. Succioné, lamí y mordí ambos pezones mientras ella soltaba leves suspiros de placer.

Es mi turno- se levantó de encima de mí, con manos hábiles desabrochó el botón de mi pantalón y los bajó. Casi con desesperación metió la mano en mi ropa interior y sacó mi pene.

Sin dudarlo ni un segundo se puso de rodillas y lo introdujo en su ...

... preciosa boca. Mi cabeza estaba vuelta loca, jamás imaginé que algo así me llegaría a pasar en mi vida… y ahora una chica hermosa estaba devorando como desquiciada mi miembro.

Su lengua recorría de glande a cuerpo a testículos y volvía a la punta, haciendo círculos en la uretra, mientras sus manos masajeaban el cuerpo y las bolas. Era una maldita experta. Soltaba saliva sin vergüenza y succionaba como si su vida dependiera de ello. No tengo un aparato excepcional, pero si mayor al promedio, pero esto no impedía que lo metiera de tanto en tanto hasta el fondo de su garganta, provocandole arcadas que la hacían soltar cantidades mayores de saliva.

Dios, Val… eres increíble- dije al tiempo que pellizcaba sus duros pezones. Sentía como el calor de su boca y sus maravillosos movimientos me estimulaban.

Se sacó el miembro de la boca y se introdujo mi bola derecha, succionando con cuidado mientras su mano seguía pajeandome, la sensación fue brutal.

Val, estoy a punto de venirme

De inmediato volvió a meterse mi miembro a la boca, succionando con más fuerza, metiendo y sacando.

Mi venida fue inminente, terminé en la profundidad de su garganta. Fue un orgasmo maravilloso, de los mejores de mi vida. Lentamente se sacó mi pene de la boca y lamió hasta su último rincón, recogiendo todo el semen que le quedaba, tragando gustosamente.

Increíble, tienes un pene fantástico… y tu semen no sabe mal. Vamos a pasar buenos ratos- dijo mientras se ponía de pie y se arreglaba ...