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Clases de Teatro
Fecha: 27/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Generico, Fuente: TodoRelatos
Dicen que Romeo y Julieta es la más grande y trágica historia de amor jamás contada, un romance puro pero condenado desde el inicio. Pero para mí esta obra ya no es solo una tragedia poética. Esta obra fue el veneno que empezó a quebrar mi relación. Mi nombre es Lucas y a mis 21 años mi vida adulta empezaba a marchar. Había decidido no ir a la universidad por lo que me limité a realizar estudios profesionales y recién había comenzado a trabajar. Mientras estudiaba, conocí gracias a un amigo a mi novia Cristina. Era morena, delgada, y con las curvas perfectas en los lugares exactos, y aunque físicamente me parecía perfecta, lo que me hizo enamorarme de ella fue como conectamos a la hora de hablar y de ver todo lo que teníamos en común. Teníamos la misma edad y también había decidido afrontar los estudios de forma similar a mí. Llevábamos un año y medio saliendo juntos y estábamos viendo que el empezar a trabajar nos estaba volviendo cada vez más vagos. Estábamos cansados tras echar tantas horas por lo que al final nuestros planes se volvían cada vez más básicos y queríamos hacer algo para cambiarlo. Fue entonces cuando vimos el anuncio de un club de teatro para aficionados. No requerían ningún tipo de experiencia y estaba enfocado en simplemente pasarlo bien un rato, sin pretensión de que se apuntara nadie que quisiera ser profesional. Nos pareció algo divertido y decidimos apuntarnos. El club se reunía dos veces por semana en un pequeño teatro que había creado esta ...
... iniciativa para incentivar la llegada de nuevos visitantes. El ambiente no podía ser más distinto a nuestra rutina del día a día, y era justo lo que buscábamos. Básicamente la estructura del club era realizar un curso de 4 meses. En los tres primeros aprenderíamos lo básico y para el último mes empezaríamos a preparar una adaptación moderna de Romeo y Julieta. La directora era una mujer entusiasta de sesenta años llamada Carmen quien en estas primeras semanas nos introdujo en lo más básico con una serie de ejercicios basados en mezcla de juegos infantiles, improvisaciones absurdas y lecturas en voz alta. Nos reímos mucho aquellos primeros días, y donde liberábamos la tensión acumulada de la semana. Para mi sorpresa Cristina no solo se lo estaba pasando bien sino que era una de las más destacadas del grupo lo que hizo que nuestro interés por estas clases aumentara. El buen ambiente no se limitaba al escenario y pronto se creó la costumbre de que tras los ensayos de los jueves nos pasaramos por el bar del teatro a tomar una cerveza. Éramos un grupo que apenas llegaba a la decena pero había todo tipo de persona desde jóvenes como nosotros a algunos ya adultos de la edad de mis padres queriendo hacer algo diferente. Pero el único que realmente nos interesa es Daniel, al que todos llamábamos Dani. Tenía 25 años y en una de estas noches post práctica, Daniel nos contó a todos como hasta hace un par de años había sido nadador de competición, una promesa del estilo libre, hasta que una ...