1. Los maduros duros


    Fecha: 29/12/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Gimena, Fuente: TodoRelatos

    ... alternando miradas con ellos, como si decidiera por dónde empezar.
    
    Me decidí primero por la de Javi, la recién descubierta, la novedad. Él cerró los ojos, mientras yo la apretaba con fuerza.
    
    —No veas que mano tiene esta guarra —murmuró cuando comencé a pajearlo—. Más vale que empieces a chuparla, porque estoy que reviento —añadió empujando las caderas hacia adelante hasta ponérmela en la cara.
    
    Me relamí y tragué su polla hasta la garganta, chupándola con ganas sin soltarla de la mano, mientras con la otra seguía pajeando a Carlos.
    
    —La mamas mejor que mi parienta, algo que no me sorprende porque tú eres una golfa y ella demasiado sosa —aseveró Javi, jadeante, agarrándome la coleta y empujándome la cabeza para que la tragara entera una y otra vez.
    
    —Colega, no la acapares tanto, que yo también quiero metérsela en esa boquita de zorra —protestó un impaciente Carlos, dándole un toque en el hombro a Javi como si compartieran una cerveza.
    
    Solté una risita con la boca llena, escupí la polla de Javi y me giré hacia Carlos, tragando su verga cuanto pude mientras se la meneaba al otro con la mano libre.
    
    —Sois unos cerdos de mierda, pero me tenéis empapada —dije entre arcadas, metiéndome una mano dentro de los leggins para frotarme el coño, que ya estaba chorreando como un grifo mal cerrado.
    
    —Mira cómo se toca la muy zorra —dijo Javi, con la voz temblando de lo cachondo que estaba.
    
    —Vamos a follarte como te mereces. A las guarras como tú hay que follarlas a ...
    ... conciencia —gruñó Carlos, fuera de sí, levantándome de un tirón y girándome contra la pared. Ahí me bajó los leggins y la tanga con un movimiento brusco, dejándome el culo al aire y las piernas temblando. Me tenía a su merced, débil y dominada por un deseo incontrolable.
    
    Pronuncié un fuerte y profundo gemido cuando me penetró con media estocada.
    
    —No pares y méteme más, pedazo de cabrón —supliqué apoyada con las manos en la pared, imitando su tono vulgar.
    
    Carlos me dio gusto, jodiéndome el coño como un animal primitivo, provocando un ruido húmedo que resonaba en el cubículo cerrado.
    
    Javi se puso a mi derecha, con la polla tiesa y brillante de saliva.
    
    —Chúpamela otra vez mientras Carlos te folla —ordenó Javi y yo, inclinando el torso, obedecí.
    
    El trastero era un puto desmadre: gemidos, el chapoteo de la verga de Carlos, entrando y saliendo de mi coño, y las arcadas producidas por la verga de Javi cuando me follaba la boca.
    
    —Esta puta nos va a dejar secos —dijo Javi, con la voz entrecortada.
    
    Carlos salió del coño y me dio una palmada en el culo que me escoció.
    
    —Abre bien las piernas porque te voy a reventar —dijo antes de escupirse en la mano y meterme otra estocada hasta el fondo.
    
    Solté un alarido de gusto y clavé las uñas en los muslos de Javi.
    
    —Eres un hijo de puta. Me vas a partir con ese pollón que tienes —jadeé, mientras él embestía con un ritmo brutal que me provocaba temblor en las rodillas.
    
    —Sigue chupando y no pares, jodida puta, que me ...
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