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Bajo el Sol de la Traición - Capítulo 19 ☀️🔥
Fecha: 29/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Vespero, Fuente: TodoRelatos
CAPÍTULO 19 Respiré hondo, intentando calmar el tamborileo errático de mi corazón contra mis costillas. Me ajusté la camiseta prestada, que se sentía ajena sobre mi piel, y me erguí, tratando de proyectar una confianza que no sentía en absoluto. A continuación, comencé a caminar hacia las imponentes puertas giratorias del hotel. El aire acondicionado del lobby me golpeó como una bofetada fría, un mundo de lujo climatizado y aséptico muy alejado del calor húmedo de la calle y de la crudeza de mi situación. El mármol pulido del suelo reflejaba mi figura con una claridad implacable; me sentí expuesto, fuera de lugar con mi ropa deportiva y mi cojera disimulada. El zumbido de las conversaciones elegantes, el tintineo de tazas de café, el ir y venir de huéspedes con ropa de marca… todo formaba parte de un universo al que sentía que ya no pertenecía. Avancé con paso deliberadamente normal, aunque cada músculo estaba tenso. Evité la mirada del conserje en la entrada y del personal de recepción. ¿Habría dado Marco mi descripción? ¿Habría una alerta de seguridad con mi nombre? Cada uniforme era una amenaza potencial. Mis sentidos estaban hiperactivos, captando cada mirada, cada susurro, esperando en cualquier momento escuchar mi nombre o sentir una mano en mi hombro. Llegué al área de los ascensores sin ser interceptado, un pequeño milagro. Pulsé el botón de llamada y esperé, fingiendo una paciencia que no sentía, de pie junto a una pareja de turistas ...
... norteamericanos que hablaban animadamente sobre sus planes para visitar las ruinas. El contraste entre su despreocupación y mi angustia era brutal. Finalmente, un ascensor llegó con un suave 'ding'. Entré junto con la pareja y una mujer de negocios con un maletín. El viaje hasta mi piso fue un suplicio silencioso. Las paredes espejadas reflejaban mi rostro pálido y tenso. Me concentré en mi respiración, en mantener la compostura. Las puertas se abrieron en mi planta. Salí al pasillo alfombrado, cuyo silencio ahora me parecía ominoso. El patrón familiar de la moqueta, el olor neutro del aire acondicionado del pasillo… todo me resultaba conocido y, sin embargo, extrañamente amenazante. Avancé, con pasos amortiguados y mi corazón latiendo con fuerza en mis oídos. Cada puerta cerrada era una posibilidad, cada número que pasaba aumentaba la tensión. Finalmente, me detuve frente al número de la habitación que había compartido con Esperanza. Apoyé la oreja en la madera fría. Silencio. Ni música, ni voces. ¿Estaría realmente sola? ¿Estaría siquiera allí? Levanté la mano, dudando por un instante. ¿Estaba cometiendo un error terrible? Respiré hondo y toqué dos veces, un sonido que pareció resonar en el pasillo silencioso. Esperé. Los segundos se alargaron, pesados, cargados de anticipación y temor. Escuché un leve ruido dentro, parecían unos pasos acercándose. La puerta se abrió, pero solo parcialmente, como si quien estuviera al otro lado dudara en franquearme el paso por ...