1. Bajo el Sol de la Traición - Capítulo 19 ☀️🔥


    Fecha: 29/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Vespero, Fuente: TodoRelatos

    ... recordatorio amargo de mi pequeña y pírrica victoria.
    
    Comencé a caminar a paso rápido por el pasillo alfombrado, dirigiéndome hacia los ascensores. El corazón me martilleaba contra las costillas, con la adrenalina corriendo por mis venas, mezclándose con el dolor sordo de mi costado. Cada sombra parecía una amenaza, cada puerta cerrada un posible escondite para Marco o para seguridad. La salida estaba más cerca. Casi lo había logrado.
    
    Pero entonces, una sombra se movió rápidamente en el borde de mi visión, surgiendo quizás de un recoveco del pasillo o de una puerta de servicio cercana que no había notado. Fue un movimiento fugaz, tan rápido que apenas tuve tiempo de registrarlo antes de sentir el impacto.
    
    Un brazo fuerte y musculoso me rodeó el cuello por detrás con una llave de estrangulamiento, cortándome la respiración de golpe. Al mismo tiempo, otra mano presionó con una fuerza implacable un pañuelo áspero y húmedo sobre mi boca y mi nariz. Un olor químico, dulzón y penetrante, invadió mis fosas nasales de inmediato, quemándome la garganta y haciendo que mis ojos lloraran.
    
    Intenté gritar, pedir ayuda, pero el sonido murió ahogado contra la tela empapada. Luché instintivamente, tratando de zafarme, de golpear hacia atrás con los codos, pero el agarre era como acero. Mi cuerpo herido, ya debilitado por el dolor, la falta de sueño y la tensión acumulada, no tenía fuerza suficiente para oponer una resistencia efectiva. Al final mis piernas empezaron a ...
    ... flaquear.
    
    El pasillo del hotel comenzó a girar a mi alrededor como un carrusel fuera de control. Las luces del techo se convirtieron en estelas borrosas y danzantes. Los pocos sonidos que percibía –el zumbido del aire acondicionado, mi propia respiración jadeante y ahogada– se distorsionaron, volviéndose lejanos, irreales. Mis pulmones ardían, desesperados por aire limpio. Mi mente luchaba frenéticamente por mantenerse a flote, por entender qué estaba pasando, pero era una batalla perdida contra la invasión química.
    
    Lo último que sentí fue cómo mis rodillas cedían bajo mi peso, cómo el mundo se inclinaba y se disolvía. La oscuridad me envolvió por completo, arrastrándome sin piedad a un abismo inconsciente y silencioso. Me habían atrapado. El pasaporte y el collar seguían en mis bolsillos, pero en ese instante, dejaron de importar.
    
    Mi despertar fue lento, doloroso. Un dolor punzante en la cabeza se unía al de mi costado. Abrí los ojos con dificultad. La luz era tenue, artificial. No estaba en el apartamento de Isabel. Era una habitación desconocida, genérica, impersonal, podría ser en cualquier lado del hotel o una habitación trasera. Olía a cerrado y a un perfume dulzón que reconocí vagamente.
    
    Intenté moverme, pero un dolor agudo me detuvo. Miré hacia abajo. Mis muñecas estaban atadas firmemente a los brazos de una silla de madera. Mis tobillos también estaban sujetos. El pánico comenzó a subir por mi garganta como una bilis amarga. Forcejeé instintivamente, pero las cuerdas ...
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