Un día de mis vacaciones (II)
Fecha: 03/05/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... traje de baño, aparte de tener una tanga pequeña que tapaba lo suficiente llevaba el sostén que gracias a su juego de varillas y telas bien cosidas le hacía ver el busto más elevado y más redondo de lo normal, sin hablar del contraste de su piel con los colores de éste. A mi mente de apasionada y arriesgada no le fue difícil empezarse a imaginar un encuentro con Catica ahí, con el peligro de los meseros y algún huesped que en medio de su vigilia bajara a darse un baño a la piscina, pero sabía que ella no lo aceptaría por más que le rogara, si nos sorprendían sería demasiado embarazoso pero si no sería de lo más excitante; no podía dejar de pensar en eso, cada minuto más me imaginaba otras mil ideas y mientras más intentaba dejar de pensar en eso más lo deseaba, me obsesioné a tal punto que empecé a calcular los riesgos y el tiempo disponible, incluso busqué el lugar más apartado y más escondido que el agua y la arquitectura de la piscina nos brindaran y por último maquiné lo más difícil: proponerle y convencer a Cata de hacerlo. - - Tras regresar a la normalidad luego de tales pensamientos tan insistentes observé de nuevo a Cata, estaba sobre las escaleras, con una pierna estirada y la otra recogida sobre la parte interior de su muslo, echada hacia atrás recostándose en los codos, con el agua llegándole hasta la mitad del abdomen, la cabeza ladeada, el cabello húmedo, algunas gotas sobre su suave rostro, la mirada perdida en las luces del hall y una cara de conformismo que ...
... pedía a gritos no ser interrumpido, ahora se veía increíblemente sensual, irresistiblemente sexy, tan silenciosa como llamativa, me aumentó más la obsesión del dichoso encuentro y juré no salirme de esa piscina sin antes haberme cogido a Cata por un buen rato. - - - ¿Por qué me estás mirando así? Yo sé cuándo me miras así Andrea, -dijo- no creas que voy a hacer algo aquí, ¡estás loca! Mira ese mundo de gente que pasa por ese hall... y ¿si baja alguien? No Andrea, no insistas, no haré nada contigo ahora. ¡¡¡Deja de mirarme así!!!. - - Pero yo me mantenía en silencio mirándola, se me podía ver la cara de deseo a mil kilómetros de distancia, cerraba los puños ansiosa, no podía dejar de sonreír maliciosamente, no podía resistirme a tanto. - - Cata se empezó a preocupar, ella sabía hasta dónde era yo capaz de llegar, en las pasadas vacaciones se lo había demostrado, además sabía de antemano que yo amaba los "rapidillos" y las calenturas prohibidas, ya conocía los grados de mi erotismo y los alcances de mi líbido cuando ésta se elevaba descontroladamente. - - Recordé que después de nuestro encuentro en su habitación del hotel en las pasadas vacaciones siguieron varios encuentros con muchos tocamientos y roces en lugares peligrosos, ahí ella conocía mis alcances y se desinhibía por completo cuando ya se excitaba, mi conocimiento de tales acciones era lo que me seguía impulsando, de todas formas aunque habíamos vivido mucho nunca nada había sido como esto. - - Lanzándome a lo que ...