1. Mi secretaria


    Fecha: 24/05/2018, Categorías: Control mental, Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... decepcionaré. ¿Cenar en su casa? ¿Se había vuelto loca? ¿Quien se había creído ella que era? - Verás, Laura, el caso es que yo... - No puede negarse. Ya lo tengo todo preparado. Me molestó el casi imperceptible todo de condescendencia de su voz. Parecía una madre intentando razonar con su hijo pequeño. En un acto de confianza inconcebible, se sentó en la mesa, dejando en alto sus hermosas piernas... y sus zapatos. - La empresa prohibe expresamente... prohibe... la empresa... No conseguía concentrarme. El incesante balanceo de sus pies me tenían casi hipnotizado. Aquellas maravillosas piernas, culminadas con los más increíbles zapatos que habían visto nunca. - No te preocupes por la empresa. Nadie tiene porqué enterarse, ¿no crees? - Yo no... puedo... no... - ¿Te gustan mis zapatos? La pregunta me dejó helado. Se había dado cuenta de que la miraba. Intenté recuperar mi compostura pero no pude apartar mis ojos de aquellos maravillosos zapatos. - Me parece que sí que te gustan, ¿no es así? Pues tengo algo mejor aún para enseñarte. Con un movimiento dejó caer al suelo sus zapatos. Sus pies aparecieron radiantes, cubiertos también por el oscuro velo de las medias negras. Sin darme tiempo a reaccionar, los acercó a mi cuerpo y comenzó a tocar mis piernas con ellos. - Ya veo que te gusta mucho mirarme. ¿Te gusta también que te toque? No podía casi moverme. Notaba que mi cuerpo no quería obedecerme. Haciendo un esfuerzo increíble, conseguí levantar la vista, para darme cuenta de que ...
    ... lo que ahora me atraía eran sus pechos. La blusa que llevaba puesta era transparente. Durante todo el día había ido enseñando el sujetador a través de la suave tela blanca. Pero ahora no llevaba. Se lo había quitado. Bajo el velo de la tela aparecían radiantes sus oscuros pezones. La forma de sus pechos era claramente visible desde donde yo estaba. Menos de un metro me separaba de ella. Sus pies seguían jugueteando con mis piernas. Levantó uno de ellos y lo colocó sobre mi vientre. Al hacerlo, mis ojos volvieron a verse irremediablemente atraídos hacia ellos. ¿Que demonios me estaba ocurriendo? Yo no podía estar allí, mirando los pies de mi secretaria como si fuera un colegial enamorado de su profesora. ¡Ni siquiera me gustaban los pies! - ¿Estas seguro de que no quieres venir mañana a mi casa? Una perversa sonrisa cruzaba su rostro cuando deslizó su pie hacia mi ingle. El contacto de su pie con mi pene a través de la tela del pantalón me causó un efecto inmediato. Noté la presión de mi sexo sobre los pantalones, intentando liberar sus energías. Laura también lo notó. Incrementó sus juegos ayudándose del otro pie y presionando como si fuera una verdadera profesional. Me estaba masturbando con sus pies, y lo peor de todo era que yo la estaba dejando hacerlo. - ¿Te gusta esto, mi duro jefe? De todo lo que estaba ocurriendo, el oír mi propia voz no fue lo que menos me sorprendió. - Ssssssi - Quieres que siga con ello, ¿verdad? - Sssi, pppor favvvorr - Pues entonces tendrás que ...
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