1. Heil mama (Cap. 2)


    Fecha: 12/06/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: DocJoliday, Fuente: CuentoRelatos

    ... skinheads como nosotros y se iba de rositas. Si alguien se enteraba nuestra autoridad en el barrio se vería afectada. No podíamos permitir que los punkis piojosos o los melenudos heavys nos tomasen por cobardes. Cuando terminaron las clases fui a casa y comí con mi madre. La tía Merche no estaba. Por lo visto había salido a comer con unas amigas. Típico de mi tía, solo llevaba allí una noche y ya dejaba a su hermana sola para salir con sus amigas, seguramente una panda de alegres divorciadas como ella. Disimulé mi enfado e intenté ser agradable y hablar con mamá. Me había propuesto ser más atento con ella, para que no se sintiera sola y no necesitase a su molesta hermana. Yo adoraba a mi madre, como ya sabéis, pero he de decir que charlar con ella era tremendamente aburrido. Una mujer que se pasa la vida en casa, en el mercado o en la iglesia, no suele tener nada interesante que contar. Aun así la escuché atentamente y yo también le hablé un poco de mis clases y de noticias que había escuchado en la radio. Después de ver la tele con ella un rato salí a la calle. Fui hasta el parque y en el banco donde solíamos reunirnos estaban los tres: Román, Fonso y Chechu. Daba gusto verlos con sus botas relucientes, sus bomber y sus cabezas rapadas. Había más gente en el parque pero se mantenían a una distancia prudencial de nuestro banco, cosa que nos encantaba. Pero esa tarde no estábamos contentos. Un negrata nos había humillado el día anterior y no estábamos para bromas. —¿Habéis ...
    ... averiguado quien es el gorila? —pregunté. Solíamos llamar a los negros chimpancés o macacos, pero teniendo en cuenta el tamaño del aludido “gorila” resultaba más apropiado. —Nada. Debe llevar poco en el barrio —dijo Román. —Hay que averiguar quién es y darle una lección —afirmó Chechu. —La negra le conocía. Le llamó “Padre”. ¿Creéis que será cura? —planteó Fonso. —¿Cómo va a ser cura un negro de dos metros que va por ahí en chándal? —dije yo, quien ya había pensado en ese tema —. Ya sabéis como hablan esas negras, cuando follan con un tío lo llaman “papito” y cosas así, las muy guarras. —A esa negra si la tenemos localizada. Sabemos en qué calle vive. Podemos cogerla por banda otra vez y que nos diga quién es el hijoputa de su amigo —dijo Román, quien se moría de ganas de ponerle otra vez la navaja en el cuello a la voluptuosa cubana. —Eso es. Y además nos debe una mamada —nos recordó Chechu. —¡Ja, ja! Esta vez no se libra. Le va a salir la lefa por las orejas. Voy a por la furgoneta. El padre de Román era panadero. Un par de años atrás se había comprado una furgoneta nueva para el reparto y le había dado la vieja a su hijo. Era una chatarra, pero nos servía para movernos por el barrio. También usábamos la parte de atrás como guarida, para pasar el rato bebiendo o follarnos a alguna guarra en el colchón viejo que Román había puesto, además de unos cuantos asientos y una lámpara a pilas en el techo. Aparcamos en un lugar lo más discreto posible, en la misma calle donde habíamos ...
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