1. Tres amigos (3 años después)


    Fecha: 16/06/2018, Categorías: Gays Autor: Cuentero, Fuente: SexoSinTabues

    ... sabía que los sábados yo dormía la mañana. así que fui al baño, oriné, me lavé mi ya endurecido rabo, me tomé un poco de leche que mi mamá me había dejado preparada y en vez de sacar el tablero, lo invité a ir al cuarto. Una vez allí, me quité el calzoncillo con que dormía y sentándome en la cama, comencé a desvestirlo. Le quité el short que vestía y mientras lo hacía le daba suaves mordidas a su picha a través de la tela, cosa que le encantó. Se quité tenis y medias, le saqué el pulóver por sobre la cabeza y comencé a acariciarle sus nalgas sin quitarle su última prenda de ropa. Estuve así un rato hasta que él mismo se sacó esa pieza, brindándome su rica pinga. Se la estuve chupando un ratico y luego, tomándolo por los hombros, lo hice acostarse en la cama, donde había colocado extendida mi toalla, colocándome en posición de 69. No tuve que pedirle nada, pues en cuanto vio lo que tenía delante de su cara, se la metió en la boca todo lo que pudo, comenzando a arquear, pero sin sacársela. Yo le pasaba la lengua por sus huevos, y el periné, lo que le provocaba que los pelitos de sus piernas se erizaran al sentir mi lengua. Chupaba su brillante glande, le daba besos, en fin, que lo tenía completamente loco, y él seguía con mi morronga metida hasta la garganta. Comencé a acariciarle el culito y echaba las nalgas hacia atrás para que me fuera más fácil. Entonces comencé a lamerle su huequito y ahí fue la locura. Me soltó la pinga y se retorcía, abriendo sus piernas para que mi ...
    ... lengua penetrara lo más hondo posible. Parecía un poseído. Su respiración era súper agitada, sus quejidos eran tan fuertes que tenía que taparle la boca no fuera a ser que los vecinos pudieran oír algo. Entonces me puse un poco de crema en un dedo y le metí la punta del mismo y me pidió que se lo metiera más hondo. Se lo saqué y comenzó a protestar, pero me embarré otro y entonces le metí dos a la vez. Eso le gustó mucho más y yo comencé a girarlos de forma que le fuera ampliando su hueco trasero. Después de un buen rato en esa dilatación, lo puse boca abajo, me unté abundante crema en mi tieso miembro y se lo coloqué justo en el medio de sus nalgas, tocando su hambriento culito. Al sentir que tenía algo tocándole esa parte, se movía y me pedía que lo penetrara otra vez, aunque ahora era algo bastante más grueso y largo que mis dedos. Le metí un pedacito de la cabeza y comenzó a bufar como un toro, pero sin intentar huir de lo que lo penetraba. Se la saqué y volví a la carga, metiéndosela como hasta la mitad del glande. Se la saque de nuevo y ahora comencé a empujar hasta que entró toda la cabeza. Se quejaba y se veía que le dolía, pero seguía pidiendo que le diera más y más. Yo con miedo a lastimarlo, pero dispuesto a hacer lo que intentaba, seguía metiéndosela cada vez un poco más profundo, deteniéndome, haciendo un poco de vaivén en mete y saca y continuaba mi penetración. Él cada vez se quejaba menos a pesar de tener cada vez más dentro de sí mi trozo de carne hinchada. ...
«12...4567»