Tres amigos (3 años después)
Fecha: 16/06/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Cuentero, Fuente: SexoSinTabues
... Mientras me lo templaba por primera vez, recordaba lo que me había enseñado Raúl cuando me inició y pensando que este chiquillo se había metido más fácilmente mi pinga, que yo la de mi antiguo amigo, a pesar de tenerla más grande que él, aunque de grosor eran bastante parecidas. Por fin se la metí completa y me levanté sobre mis brazos para darle libertad de movimiento. Sus nalgas subían y bajaban, haciendo que mi picha penetrara y saliera a su antojo. Estuvimos en esa posición bastante rato, hasta que me dijo que quería probar algo que había visto en una película y aunque era una mujer la que lo hacía, él quería imitar esa posición. Así que me hizo acostar boca arriba, con lo cual mi miembro parecía un cohete a punto de despegar y él, poniéndose a horcajadas sobre mí, comenzó a metérsela hasta el fondo, levantándose a medias y volviendo a dejarse caer para sentir como lo penetraba. Como es natural, ya yo no aguantaba más y le pedí que se moviera más rápido y cuando lo hizo, de su pinga salieron varios chorros de leche que cayeron sobre mi pecho y cara y a la misma vez también yo le llenaba su interior con chorros que salían de mi picha, la cual se hinchaba un poco cada vez que disparaba a su caliente interior. Después, y sin sacársela, se fue acostando sobre mí, hasta que por la posición, su culo quedó chorreando semen, igual que mi aún endurecido miembro que se había salido de esa deliciosa cueva. Nos levantamos y fuimos al baño a lavarnos y para nuestra sorpresa, había ...
... agua en la ducha, por lo que nos bañamos y nos fuimos a acostar. Yo me puse boca arriba y él se acurrucó a mí, colocando su cabeza sobre une de mis brazos y se quedó dormido. Al rato, yo saqué mi brazo de debajo de su cabeza y me puse como siempre duermo, en posición fetal y de espaldas al jovencito y enseguida me dormí. Desperté no sé cuanto tiempo después sintiendo una deliciosa sensación casi olvidada, es que mi amiguito aprendió pronto la lección y aprovechando mi posición me lamía el culo y yo respondí a esa inesperada caricia pegando bien los muslos a mi pecho, para darle libertad de acción a ese magnífico aprendiz. Estuve varios minutos disfrutando aquella lengua que iba ganando en experiencia y tomando el pote de crema, me separé de él, me puse bastante en mi orificio trasero, metiendo el dedo bastante para ampliarlo un poco y colocándole una buena cantidad en su durísimo tronco. Sin decir una palabra, me puse en posición de perrito y el chiquillo reaccionó al instante, colocándose a mi espalda y tomándome por las caderas puso su cabeza en mi culo y de un solo golpe me la metió hasta el fondo. Se me escapó un grito, pues hacía tres años que no me metía nada por detrás, pues luego de su salida del país me prometí no volver a repetir eso. Traté de huir de aquella dura picha que me penetraba, pero Ricardo me había tomado por los muslos y me apretaba a sí, y mientras más trataba de alejarme, más fuerte me apretaba él. Decidí entonces que aquello sería inolvidable para mi ...