el día que mi esposa gozó que la violaran.
Fecha: 29/06/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... fácilmente la ausencia de su ropa interior, pero los tipos de una mesa que estaban en la entrada del salón, se codearon para que todos la vieran al entrar, me di cuenta de eso, pero no me importó, de todos modos ningún daño le hacían a ella ni a mí, a lo mejor en lugar de daño, le levantaría el auto estima a mi mujer. La verdad, ni ella ni yo, somos de cuerpos esbeltos o de figuras de revista, somos gente normal, con figuras normales y con cuerpos normales, unas libras de más por aquí, unas llantitas por allá, unas canas por esta parte y unas arugas más allá. La verdad mi mujer no es algo como para revista porno, ni mucho menos para conejita de play-boy, pero al fin de las cuentas, es mujer y llama la atención de hombres, hombres normales, nada de modelos de revista o algo así, de hombres como usted que lee. De todos modos, la gente normal, es la que en verdad vive historias verdaderas, aunque a veces esas historias no sean muy normales. A pesar de esa salvedad, de que mi mujer no es modelo de revista, con esas sus piernas gruesas y esos sus pechos de mujer vivida, no de muchachita de secundaria, ni de recién casada fogosa…¡No! De mujer madura que han sentido el vaivén de las batallas del amor y han deleitado la boca de ese su esposo, que le ha chupado los pezones hasta hacerla gritar de gozo. Su vientre no es como el de una niña de esas que practican gimnasia, es el vientre de una mujer que ha parido dos hijos de forma natural y uno por cesárea, además de tener otras ...
... cicatrices de operaciones. Pero es un vientre que ha sido acariciado, besado desde el límite de los pechos, hasta llegar a meter la cabeza en medio de sus piernas y se ha vuelto loca de pasión. Los tipos en la mesa, eran tipos normales también, o por lo menos parecían, pues por algún temor inaccesible a mi entender, uno de ellos no se quitaba la pistolas de la cintura, como si de esa forma su hombría se hacía realidad y sin ellas, no tenía ningún otro motivo para sentirse hombres. Pedimos carne asada y luego mi mujer se fue al baño de mujeres, para lavarse y todo eso que lógicamente se puede hacer solo en el baño. Mientras ella se dirigía al baño, los tipos no dejaban de verle las nalgas y el movimiento que lógicamente, hacen los pechos cuando están sin sostén. Ella entro al baño y los tipos se quedaron comentando entre ellos no se qué cosa y cuando regresaba, al parecer mi mujer se dio cuenta de que se la estaban comiendo con los ojos y agacho la cabeza, pero como yo también la veía a ella, me di cuenta que luego de percatarse que la veían, sus pezones se pusieron duros y se le veían por encima de la ropa. Eso me dejó un poco desconcertado y cuando llego a la mesa le pregunte por que de eso y me vio de esa forma en la que acostumbra ver, cuando se molesta. No me atreví a preguntar de nuevo, pues no quería un enojo en ese viaje que quería que fuera perfecto. Luego fui yo al baño y al salir pude ver, que uno de ellos, el empistolado, estaba de lo más alegre hablando con mi mujer. ...