Desafío de galaxias (capitulo 61)
Fecha: 11/07/2018,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... este anfiteatro? Matilda habría tenido que encarar ella sola la dirección de la guerra, y esta, se habría alargado con un resultado incierto. Aquí se respira heroísmo y valentía.») Mientras su mente divagaba, los demás la miraban sin interrumpirla. En ese momento llegaron los generales Esteban, Cimuxtel y Pulqueria, que se unieron al grupo y vieron con extrañeza a Marisol, con una rodilla en tierra jugueteando con la arena. —¿Qué ocurre? —preguntó Pulqueria una vez que se saludaron todos. —No sabría decirte, —respondió Oriyan— lleva ya un rato así. —Lo que ocurre es que es posible que estemos presenciando uno de esos momentos importantes de la guerra, —intervino Sara provocando el estupor de todos los demás: jamás intervenía en los planes de guerra, ni comentaba lo más mínimo, no era su función, pero algo era seguro: ella, era la persona que mejor conocía a Marisol, incluso más que Anahis— uno de esos momentos que luego se enseñan en los libros de historia. Nadie dijo nada, no hubo el más mínimo comentario. En silencio, vieron como se incorporaba y paseaba revolviendo la arena con las botas levantando pequeñas nubes de polvo. Se sacó un pañuelo del bolsillo, deposito un puñado de arena en él, y lo cerro haciendo un nudo. Mientras lo hacia y lo guardaba en el bolsillo, se encaminó hacia su grupo de acompañantes que la esperaban expectantes. —¿Cuánto tendréis controlado el planeta? —preguntó a Opx después de besar a Esteban, Pulqueria y Cimuxtel. —En cuatro o cinco días las ...
... vanguardias de Oriyan y Drazem se encontraran. Después, solo quedaran grupos residuales. —¿Cuándo comenzamos el avance a Faralia? —preguntó Pulqueria. —No vamos a Faralia, —respondió levantando la mano para parar la protesta de Oriyan, a la que dolía que no se liberara su patria—. Sé, que es lo que todos esperabais, también el enemigo, por eso está amontonando tropas allí. —¿Entonces? —preguntó Cimuxtel. —Esa estructura de ahí debía de ser la tribuna de autoridades. —dijo Marisol señalando un gran amontonamiento de escombros, de donde sobresalían restos de columnas. Señalando en otra dirección, continuo— entonces, en ese muro de ahí, se apoyó la Princesa para impulsarse con un pie, y gravemente herida, matar al monstruo clavándole sus dos espadas mandorianas. Hizo algo inesperado, algo que pilló por sorpresa a los petaranos, y sobre todo, al cabrón del bicho. Desde aquí, Matilda se dirigió a Karahoz e Hirios 5, al monasterio de Akhysar. Nosotros iremos directamente a Akhysar, —todos guardaron silencio mientras Marisol se aproximaba a Oriyan y acariciaba sus mejillas con las manos—. Te prometo, que tú dirigirás la campaña de Faralia, pero el ataque final es mío. —De acuerdo. Un par de días después, en el Fénix, Marisol, recién duchada, esperaba desnuda la llegada de Anahis. —¿Estás visible mi amor? —dijo cuándo llego— tenemos visita. Renegando, se puso la vaporosa bata de Anahis, de color rosa. —A mi señora le sienta bien ese color, —dijo riendo la teniente Driss, uno de los ...