1. La profe de inglés


    Fecha: 24/07/2018, Categorías: Confesiones Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... el pelo, apenas retoqué mi labial y me senté a fumar un fasito. Pero el timbre sonó caprichoso, y mi armonía se derrumbó cuando oí a Sabri decir en el portero: ¡somos nosotros Mily, y estamos tan calentitos como vos, así que abrinos! Lo hice sin más, y cuando golpearon mi puerta les inventé que no encontraba las llaves para que me deseen un poquito. Les abrí, y mis ojos se embriagaron con los paquetes duros de los hombresitos que estaban en short y musculosa. Ella tenía un pantalón ancho y sueltito, repleta de trenzas, con una musculosa colorinche y un corpiño blanco que no parecía sostener el desarrollo de sus melones divinos. Ya en la puerta Sabri me dio un pico que me nubló cualquier perspectiva, y los chicos pelaron sus pitos gruesos, más que nada el de Mateo, y se pajearon. Los empujé hacia adentro del depto, cerré con llave y me dispuse a bailarles un poco mientras ella se besaba con los chicos. Pronto vi que Santi pajeaba a Mateo, y eso me llevó al límite de mis fantasías. Sabri y yo nos sentamos en el suelo, y mientras ella acariciaba mis tetas los chicos nos aproximaban las pijas a la cara, y entonces solo debimos comenzar a mamárselas, mayormente ella con la de Santi y ella con la de Mateo. Éramos dos putitas babeándose enteras con esos pedazos de músculos rozando nuestra campanilla, y gemíamos como a ellos les gustaba. Sabri solo se detenía para comerme la boca o para lamer mis tetas, las que Santi había liberado en algún momento, o para chuparle el culo a Santi, ...
    ... cosa que lo ponía más al palo. De repente los chicos comenzaron a darnos pijazos en la boca, y, entonces yo acepté el desafío de metérmelas juntitas en la boca, gracias a la insistencia de Sabri, que mientras veía cómo me atragantaba les azotaba las nalgas y hurgaba con su lengua en ambos culitos. Después de que Santi hizo llover su copiosa lechita en mi paladar, le manoteó la pija a Mateo y lo pajeó hasta que éste le acabó en las manos, y se las pasó a Sabri por toda la cara. Los nenes no parecían satisfechos, a pesar de descargar su primer polvito. Pero en los ojos en celo de Sabri podía adivinarse el mismo clamor de su clítoris que en el mío. Había que avivar otra vez a aquellas vergas lecheras para que nos cojan toda la tarde. Sabri me abrió las piernas sin permitirme levantarme del suelo, se puso en cuatro y me coló tres dedos en la vagina. Lamió mi bombacha, mi ombligo, mis ingles y me besó hasta los pies. Me tenía entregada y lista para lo que deseara. Me tumbó completamente y los tres se me subieron encima. Santi me sacó la bombacha y me la puso como a un collar en el cuello.los tres estuvieron de acuerdo en llenarme de lamidas, mordidas, besos ruidosos y profundos, escupidas, caricias y olfateadas como las de una jauría de perros salvajes, y todo mientras Sabri me tapaba la boca. Sentía la lengua de Santi en mi ano, los dientes de Mateo en los pezones y la boquita de Sabri rodar por todo mi cuerpo y detenerse en mi vulva donde su lengua y algunos dedos se encallaban ...
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