1. La profe de inglés


    Fecha: 24/07/2018, Categorías: Confesiones Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... puto, dame lecheeee, y a la profe también cochino! Mateo siguió inmutable, de pie y perforándole la concha a la guacha, que movía más el culo para tragarse mi chiche. Hasta que la pusimos en cuatro para que lama mi pija de goma con su olor a culito, y ahora Mateo pueda cogerle la conchita hasta volcarle todo el quesito lo más adentro que fue capaz. Ya eran las seis de la tarde. Afuera el ascensor trajinaba como siempre, y ya no había silencio en el edificio. ¡mi novio llega en media hora pequeñines, así que será mejor que se vayan rapidito!, les advertí mientras Sabri se apoderaba de mi último orgasmo al chuparme la concha como una experta, y Santi me hacía lamer sus dedos, y Mateo quería asfixiarme con su calzoncillo. No podíamos despegarnos. Queríamos olernos, tocarnos, penetrarnos, chuparnos como animales feroces y acabar una y otra vez. Santi se acabó en las manos tras pajearse viendo mis besos de lengua con Sabrina, y comenzó a vestirse con desgano cuando por último Mateo le pintaba los labios a Sabri, después de corretearse en medio de un juego de manoseos peligroso. ...
    ... Sabri se puso el pantalón y llamó a un taxi. Los tres cruzaron la puerta del depto con cierta angustia en la garganta, y a cinco minutos de que mi novio los descubra. Mientras me dignaba a ordenar todo para que no haya sospechas, recibí un llamado al portero. Era Sabri con la voz acaramelada diciendo: ¡fijate que en algún lugar te dejé un regalito bombona, y suerte con tu chico! Busqué por cada rincón, aunque sin éxito, hasta que llegó mi novio, y recién mientras él tomaba una ducha encontré debajo de la mesita ratona la bombachita de Sabri. Mi novio no notó nada extraño. Quizás sea porque siempre llega reventado de la oficina. Esa noche cogimos en la terraza, y fue un cortito medio por compromiso. Yo ardía de ganas cuando él ya dormía despreocupado. Entonces me puse la bombacha de Sabrina y me re pajeé toda la noche. Tenía intacto su olor a concha y a todas las acabaditas que según ella tuvo en el cole mirándome la cola. Obviamente, fui dos veces al cole con su bombacha puesta. Hasta hoy no hubo otro encuentro. Pero no demoraré en producirlo. Esos guachos me vuelven loca! fin 
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