1. A Ramón


    Fecha: 08/08/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... más que aquella tarde. Él empezó a sobarla y presionarla contra mi esfínter, también acariciaba mis nalgas y mi espalda, pero pese a la posición aquello no entraba, sin embargo, el masaje me relajaba y el susto al agarrarla fue pasando. Mi primo se impacientaba, entonces decidí ayudarlo, tomé esa verga y la coloqué cuidadosamente en el orificio, la presioné hacía dentro mío y dilaté mi ano, para que entrara justo la cabeza, aquello me gustó y seguí aflojando. Entonces mi primote agarró mis caderas fuertemente y las jaló hacia sí, a la vez que empujaba con fuerza las suyas contra mí; El émbolo se hundió de golpe y a su paso mi esfínter se agrietó y se desgarró, dejándome escapar lagrimas y gritos de dolor. Traté de liberarme pero no fue posible, él me tenía bien asegurado por la cintura con ambos brazos, como un verdadero "perro". En medio de mi desespero lo único que logré fue caer boca abajo en la cama, con la barra candente dentro, rompiéndome, con mi primote aplastándome e inmovilizándome más con su peso, agarrándome ahora por las muñecas a fin de imposibilitar mi liberación. Me tuvo así, un largo rato con el trozo adentro, yo sollozando y gimiendo... entonces empezó a moverse circularmente, en un sentido primero y en sentido contrario después, como para dilatar más el ya ancho hueco, sin sacar un solo centímetro; pude ver de reojo una sonrisa de deleite y una expresión casi sádica en su rostro. No obstante, su peso sobre mí, su agitada respiración en mi cuello, mis ...
    ... nalgas masajeadas por la firme presión de sus caderas y sus manos maniatándome, despertaban una indescriptible sensación de bienestar y el grueso taladro que me penetraba, además del dolor, también me producía deliciosísimos escalofrío y temblores incontrolables en todo en cuerpo. No logré controlarme y me corrí en chorros largos, fluidos, calientes y supe lo que era la máxima expresión del gozo. Me aflojé todo, totalmente enajenado, dejé de ofrecer resistencia mientras el se meneaba circularmente, de un lado a otro dentro de mí; Al fin y al cabo ya le pertenecía y con esto había ratificado su potestad sobre mi persona. Él lo intuyó de inmediato y suavemente susurró a mi oído – Si te la saco...¿Me la chupas? – La respuesta fue rotunda: – ...Haré lo que tu quieras... – El émbolo subió dentro de mi ano, lijando gustosamente sus paredes al abandonarlo. Mi primo, rápidamente se puso de pie y yo lo seguí hasta la mitad de la habitación, donde me arrodillé enfrente suyo – Abre la boca. Indicó – Al acatarlo, penetró hasta el fondo de mi garganta con su grueso y largo instrumento, me sostuvo por el cabello y empezó a menearse linealmente, entrando y saliendo de mi boca, largo rato estuvo haciéndolo, produciéndome un placer nuevo y desconocido hasta ahora, mi cuerpo temblaba y los escalofríos se escurrían por mi columna vertebral, desde mi trasero hasta mi cara, al sentir aquello masajear mi paladar y mi garganta. En cierto momento se quedó quieto con su tranca dentro de lo más profundo de ...
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