1. A Ramón


    Fecha: 08/08/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... unté a lo largo de él, por un momento lo masturbe atónito por la dimensión desproporcionada que había alcanzado, aquello tenía cerca de 25 centímetros de largo por dos pulgadas de grueso; sin embargo, la coloqué en posición de ataque nuevamente y mi primo arremetió con intensidad, entrando y saliendo de mí culito, en todas direcciones. La lubricación surtió un benefactor efecto y pese a que mi primo golpeaba sin compasión, hasta el punto de dolerme también las nalgas, la sensación de placer se incrementó y sólo dolía al llegar a la base del pene. Yo alucinaba con el desmesurado ritmo, a veces caía boca abajo a la cama y mi primote continuaba con su faena impetuosa, hasta que sin suspender las embestidas, yo me acomodaba como una "perra" nuevamente para facilitar e incrementar el exagerado placer. El chapoteo era sonoro e inundaba los rincones de la habitación, "chasss" al entrar, "plop" al salir, indefinidamente chorreado, chasss, plop, chasss, plop, chasss, plop, chasss, plop, la leche de mi primito se desbordaba y corria por la parte interna de mis piernas. Recosté mi pecho a la cama, con las rodillas en el borde y la cola en lo más alto, como la gata cuando va a ser servida por el macho, mi primo siguió dándome fuerte, chasss, plop, chasss, plop, chasss, plop, chasss, plop, desgarrándome, rompiéndome, estropeándome, rasgándome, desgajándome, desbaratándome, hendiéndome, trastornándome, pero de un placer infinito... chasss, plop, chasss, plop, chasss, plop, chasss, plop, ...
    ... entonces perdí la noción del tiempo... chasss, plop, chasss, plop, chasss, plop, chasss, plop. Una inundación de leche súper caliente, arrojada en chorros largos y espesos, dentro de mí, me volvió a la realidad, mi primo estaba corriéndose en medio de alaridos desesperados, gesticulaciones, gritos, gemidos y mugidos de un placer nunca antes visto. Me taladraba con violencia, mientras su semen borboteaba generosamente de su pesada barra y desbordándome escurría, por mi raja y por mis piernas. No lo pude evitar y también me corrí en chorros prolongados y fluidos que encharcaron las sábanas, yo continuaba fascinado con aquella descarga increíble de gozo, pero el miembro se estaba poniendo flácido rápidamente y yo no me llenaba, quería aún mucho más, –¡Más, Más, Dame Más! Le grité – pero él ya estaba derrotado y sacándolo de mí en un sonoro ¡plop! me abandonó, tendiéndose boca arriba en la cama sudoroso y con agitada respiración. Entonces me abalancé sobre su pene y se lo empecé a chupar con desespero, con vehemencia, con frenesí, se lo chupé como nunca antes lo volví a hacer, largos y sonoros chapoteos en mi boca y en mi garganta caracterizaron la acometida oral, pero parecía que ya era irremediable la perdida erección; Entonces, de un sorbo, lo introduje lo más profundo que pude, mi labio inferior tocaba sus testículos y mi nariz se aplastó contra la espesa e hirsuta maraña de pelos de la base de su pene, teniéndolo así por varios minutos. El aparato empezó a recobrar su rigidez ...
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