MI PRIMA KELLY Y MI LUNA DE MIEL ANTICIPADA.
Fecha: 14/08/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: LOVERBKS, Fuente: SexoSinTabues
... acomodó sobre mí de nuevo y mirándome tiernamente me dijo: _ Te amo! Muy quedito. _ Vamos a hacer esto por eso, porque te amo… Te voy a dar mi pureza, mi castidad que he reservado para ti. Hoy me entrego por amor, por un amor imposible en lo futuro, pero posible esta noche. No pido más nada que eso… Te amo Pacho… Vi lágrimas en sus ojos cuando acercó mi pene a su vagina. Lo puso en su entrada y se frotó con él entre los labios suavemente. Su sexo estaba inundado de fluidos y con el gel la sensación era indescriptiblemente suave. Lo colocó en la entrada de su vagina y presionó solo un poco. Puso sus manos en mis hombros y repitió: _ Te amo Pacho, te amo…. Y me dio un tierno beso. Hizo una ligera mueca de dolor al presionar su sexo con el mío. Yo estaba en la gloria. Se aferró a mis hombros con fuerza y bajó aún más con determinación. Exclamó un: _Ahh! De dolor al ceder su castidad que inmediatamente se ciñó al tronco de mi pene bajo el glande. Se detuvo un momento. Tenía sus ojos cerrados, pero dos gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas, que luego mojaron mi pecho al acercarse a mi rostro para decirme de nuevo: _ Te amo Pacho… Muy quedito al oído. _ En este momento, yo también te amo. Le respondí. _ No, no me digas eso. Sólo hazme tuya. Tómame. Respondió. Y besando mis labios descendió un poco más. Mi boca apagó sus gemidos. Bajó poco a poco, milímetro a milímetro. Cada movimiento que le provocaba un dolor se reflejaba en sus besos; mordía mis labios y gemía en mi boca, ...
... pero no cedió. Después de largos minutos pude sentir el calor de sus nalgas sobre mis muslos, señal de que había penetrado todo dentro de ella. _ Pacho, soy tuya al fin… No fue tan difícil… Te amo, mucho, mucho, mucho. Y me tronó un besito de trompita. Se relajó y cerró los ojos. Yo masajeaba sus nalgas, pero no me atrevía a moverla, por miedo a lastimarla. Pasados dos minutos ella inició un leve movimiento adelante y atrás, arqueando su cuerpo ligeramente; lo hacía muy despacito. Le di su espacio; no me moví ni hice nada más que sobar su cintura y sus caderas. Después de unos instantes escuché sus primeros gemidos, también despacio y agudos. Sus movimientos se hicieron más evidentes con el paso de los minutos pero eran lentos; más bien ejercía presión sobre mi miembro. Era divino sentir su cuerpo caliente encima de mí, mi pene prisionero de su estrecha feminidad bañando en fluidos y gel. De pronto, sentí una contracción de su sexo sobre el mío. _ ¿Sentiste? Me dijo, sonriendo. _ Esto. Respondió, y de nuevo sentí la contracción en su vagina apretándome. _ Si. Le dije. _ Mi hermana me dijo que te gustaría. Qué bueno que te guste. Me gusta que te guste. Inició a moverse de arriba abajo, despacio. Y sus gemidos fueron a más poco a poco. También el ritmo cadencioso de sus movimientos fue a más; en pocos minutos se movía en círculos; combinando arriba-abajo con adelante-atrás, quebrando su cintura. Su carita de dolor pasó a ser el de una mujer determinada y segura. Me cabalgó un rato ...