1. Me enamoré de una trans pasiva


    Fecha: 20/08/2018, Categorías: Transexuales Autor: carloti, Fuente: SexoSinTabues

    Un amor intenso para mí, pero real. Jamás pense que iba a ocurrir, pero así fue. Tuve sexo con una bellisima transexual. Una preciosa muñeca que jamás olvidaré en mi vida. Todavía sigo enamorado. Soy un hombre heterosexual. Sólo me gustan las mujeres. Siempre mis compañeras fueron féminas. Excepto ella. Con cuarenta años, soy separado tres veces, de tres mujeres distintas. La primera con quien conviví es trans. Con la tercera no tuve hijos. Con la segunda tengo dos. Soy un padre responsable. Trato de brindarles todo lo que ellos necesitan, sobretodo el amor de un buen padre. Pero mi quebrado corazón se lo llevó ella, una pasiva trans. Espero que este relato sirva para encontrarla nuevamente en mi vida. Hermosa, estatura media, un lindo rostro que me atrapó. Sus marrones ojos almendrados y el cuerpo una bellísima princesa: cintura muy delgada, piernas bien formadas, pechos suaves y redondos y una colita bien parada. Una suave piel trigueña. Pero lo mejor de ella, sus rojos y apasionados labios. La divina tentación de forma de manzana que me hizo morder aquella primera vez, como lo hizo Adán ante Eva. Ahí caí rendido a sus pies. Nunca olvidaré mi primera vez con ella, nuestra primera vez. Tierna, dulce, sensual, dedicada y muy rica en la cama. Ardía de placer cuando estaba con ella. Su aguda voz me llevaba hasta mi último suspiro de excitación. Tenía casi treinta años aquellos días. A esa edad vivía en casa de mi madre y mi padrastro, junto con mis hermanos también. No hallaba ...
    ... la forma de despegar, echar alas. Un buen amigo me dio la solución. Me prestó por una buena temporada su departamento. Él quería que yo probara ser independiente, tener mi propio nido. Acepté muy agradecido su favor. De a poco, y gracias a mi trabajo, fui adquiriendo los muebles necesarios para hacerlo mi hogar. Al cabo de unos meses de estadía, los vecinos del departamento del frente se mudaron por razones particulares. No renovaron el contrato de alquiler. Un buen día, la vi salir de ese mismo departamento. Ella reemplazó a los viejos vecinos. ¡Qué muñeca! Me dejó frío, estático al verla. Tenía puesto un vestido muy ajustado a su cuerpo de diosa caribeña. Yo estaba en la puerta, a punto de salir. Ella me vio como si nada. Ni un saludo a la distancia nos pudimos dar. Quería averiguar de ella, pero ninguno de los vecinos conocidos tenía información. Sutilmente le pregunté al portero. Él me comentó que el alquiler de ese departamento estaba a nombre del novio. Tal vez ella era amante de ese tipo, se me ocurrió deducir. Nunca lo vi aparecer, ni entrar al departamento. Observaba que ella entraba y salía sola, siempre bien vestida, bien arreglada. Sus exquisitos perfumes quedaban impregnados en el ambiente por donde pasaba. Yo sufría por verla tan hermosa e inalcanzable ¿Cómo un hombre tan sencillo como yo la podría conquistar? Me preguntaba. Una noche, ambos nos encontramos en la puerta del ascensor para subir. Nos miramos al entrar. Fui un caballero con ella, le abrí la puerta, ...
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