Me enamoré de una trans pasiva
Fecha: 20/08/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: carloti, Fuente: SexoSinTabues
... antes porque quería que sintieras lo mismo que siento yo cuando estaba con vos. Ella se dio vuelta, así desnuda, para tomar su vestido y volvérselo a colocar. Pude ver su perfecta figura femenina ¡Impresionante! ¡Qué bellísimo culo! Redondo, paradito, perfecto. Una cinturita sin ningún rollito de grasa. Sentí que estaba lloriqueando sin mostrarme su rostro con lágrimas. Cuando una mujer llora ante mí, me hace derretir. Tenía su vestido en su mano. A punto de ponérselo. Me decidí rápido. Ese culo me llevó hasta ella. Me coloqué suavemente por detrás y con mis manos empecé a acariciar el contorno de sus delgados brazos. Ella me dijo: - Andá, salí de acá. No quiero que jugués conmigo. Su voz estaba quebrada de tristeza. Yo le dije: - Vos también me gustás mucho. Yo soy un hombre que siempre estuvo con mujeres, por eso me comporté así. Sos muy hermosa. Si vos estás de acuerdo, sólo te quiero tener como mujer bella que sos. Quiero que seas totalmente pasiva para mí. Ella se quedó totalmente quieta. Pasiva. Respiró profundo al oír mis palabras. Me animé. Comencé con besos en su espalda. Se dejó dar mis besos. Entonces llevé mis manos a acariciar su plano vientre y de ahí a recorrer la parte inferior de sus pechos. Ya mi pene estaba parado, a mi servicio para dárselo por completo. Yo seguía con mis dulces besos. Mis manos ya se hacían dueñas de los pezones de sus grandes pechos. Sentía su respiración más frecuente y más profunda. Pasaba mi lengua por todo su cuello. Su pelo largo ...
... estorbaba mi maniobra. De una manera muy sensual, con sus manos, tomó de su cabello y lo redujo hábilmente a un rodete natural. Me dejaba todo el espacio de su cuello para mí. Yo seguía con mis besos ahí. Suaves besos que quemaban toda su dorada piel. Mis manos continuaban su trabajo sobre sus senos. Decidí pasar mis labios sobre toda su pequeña oreja. Mi lengua se estacionó ahí. Le aplicaba toda la punta dentro de su oído. De ella se escuchó un suave quejido de excitación. - ¡Ahhhh! Le respondí a su excitación con sus mismas palabras: - Tenés muy rico culo. De ahora en más ese culo es para mí. Nadie más te lo va a tocar. Ella me dijo: - Si, hacélo todo tuyo mi amor. Le pregunté si estaba lista. Ella me respondió que sí, que había esperado ese momento desde que la conocí esa noche. Ella arrodilló sobre el sillón, con sus manos apoyadas en el respaldar. Sus piernas flexionadas y su cola hacia atrás. Yo me quité toda la ropa muy rápido. Me quitaba mi ropa con una mano y con la otra la acariciaba y también la besaba por atrás. Desnudo, bajé con mi boca hasta la raya de su divina colita. Sin pensarlo pasé toda mi lengua entre sus cantos. Por el medio de sus firmes glúteos. Llegué a su estrecho agujero. Hermoso, limpio, perfumado, suave, bien cuidado. Tenía la experiencia con mujeres. Sabía cómo hacerlo. Se lo empecé a lubricar con toda mi lengua. De ella salió un grito de gozo: - AAAAAAAAAAA. Metéla por favor. ¡Necesito que la metás! Estábamos increíblemente excitados. Me paré por ...