Me enamoré de una trans pasiva
Fecha: 20/08/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: carloti, Fuente: SexoSinTabues
... detrás. Llevé ahí mi firme palo agarrado con una mano, a la puerta de la felicidad. Tenía todo preparado. Aproximé mi boca a su oído y le pregunté con voz muy suave: - ¿La sentís? Me respondió que jamás sintió algo tan rico. Muy suave comencé a empujarla bien adentro. Ella abrió toda su boca exhalando todo el aire de su cuerpo. Se la metí suavemente hasta el máximo. Escuchaba sus gemidos de placer. Yo sentí cómo mi pene invadía su estrecho agujero. Rico, húmedo y caliente. Un acogedor recibimiento de su agujero. Empecé a moverla dentro de ella. Se oía ese rico ruido de roce de nuestras carnes. Ese típico ruidito que da mucho placer. Le entregaba toda mi hombría concentrada en mi duro garrote. Ella jadeaba con mucha desesperación, me decía: -Dame chota, dame mucha chota. Yo le respondía: -Si bonita mi chota es toda para vos. Su dulce voz excitada me hacía calentar aún más. Además ese delicioso y firme culo amortiguaba todas mis duras envestidas. Su estrecho orifico se desfloraba como las rosas en primavera. Ella mordía sus labios. Mientras sacudía con mi palo dentro de su cuerpo yo la tenía apretada junto a mí. Mi boca desesperada se adhería a todo su cuello, como un animal devorando a su presa. Ella era mi deliciosa presa del deseo, de la pasión. Comenzó a gritar para pedirme más. Yo le daba todo lo que tenía, estaba muy enlazado, acoplado a ella. En cuerpo, mente y alma. Éramos uno solo. Esa conexión ...
... todavía persiste. No dábamos más de dicha, de inmenso placer. -¿Querés mi leche dentro? Ella me respondió: -Si, Sí, dámela toda. No pude más, llegó la liberación de todo mi semen dentro de ella. Bien profundo. Riquísimo. Mi primera relación con una trans. Nos bañamos y nos fuimos juntos a mi cama. Ahí seguimos con muchos besos, ardientes besos de lujuria y deseo. Ellallevó su boca a mi pene y me lo chupó como nadie lo hizo jamás. Después hicimos nuevamente el amor. Ella pasiva montada arriba mío. Ahí probé con mi boca, el sabor de sus dulces y deliciosos pechos. Pasé momentos muy felices con ella. Siempre yo fui el activo. Nos enamoramos así. Al poco tiempo mi amigo me pidió su departamento, lo necesitaba. Se lo devolví y me fui a vivir con ella. Teníamos un gran romance. Mi hermano me descubrió que vivía con una trans. Ahí empezaron nuestros problemas. Todos se burlaban de mí. La terminé abandonando sin piedad. Ella lloraba y me pedía desesperada que no me fuera de su vida. Me prometió que si no la dejaba se iba a operar para mí, para ser una verdadera mujer. Solo un tonto inmaduro como yo pudo tomar esa decisión de dejarla. De echar el amor de su vida. Lógico, a los meses me arrepentí. Cuando quise volver, ella ya se había marchado del lugar. Nunca la pude encontrar. Tuve dos mujeres más en mi vida. Ambas relaciones fracasaron. Todavía en las noches sueño con ella. Pronuncio su hermoso nombre. Madeleine.