1. Me enamoré de una trans pasiva


    Fecha: 20/08/2018, Categorías: Transexuales Autor: carloti, Fuente: SexoSinTabues

    ... rostro y mi pelo dándole unas suaves caricias. Su cuerpo se movía de manera sensual, atrevida, muy provocativa. Por momentos sus pechos posaban sobre mi espalda ¡Qué estupenda sensación! Estaba completamente atrapado en su telaraña de seducción. No me podía como trabajaba sobre mi pelo porque no había ningún espejo de pared. Mi aspecto lo dejé en manos de ella. Quería que me arreglara a su gusto. Lucir bien para ella. Después de terminar su trabajo, me quitó el cobertor mostrando con un espejo portátil, su obra de arte hecha con sus delicadas manos ¡Brillante! ¡Sensacional! Me encantó. Antes que apareciera a mi departamento, bien temprano, yo había comprado una rosa roja en una florería. La había escondido. La saqué y se la entregué en su mano en forma de agradecimiento. En el momento de recibirla, intentó agradecerme la rosa con un beso en mi rostro. Pero no fue así. Al acercarse, fue mi boca la que se depositó en sus irresistibles labios rojos. Nos comenzamos a besar. Un delirante beso de amor. Mi mente se elevó muy alta en el cielo. Me transporté al fin del universo de lo rico que se sentía. Llevé mis manos a su diminuta cintura. Ella también me abrazó. Mediante ese beso éramos uno sólo en cuerpo y alma. Nuestro primer beso duró una eternidad, nos quemábamos con mucha pasión. Me atreví a un poco más, a pasar mis dedos por debajo del vestido. Deseaba tocar sus piernas, sentir con mis manos, toda su piel. Ahí me detuvo. Su mano tomó de la muñeca de mi brazo y la echó hacia ...
    ... el costado. Ella se fue para atrás, alejándose como dos metros de mí. Yo le pregunté: -¿Por qué te alejas de mí? ¿Tenés novio? No quiero hacerte sentir mal. Realmente te deseo. Ella me respondió: - Nunca tuve novio. Ahora estoy sola. Siempre todos fueron compañeros de sexo. Quiero que veas esto. Lo hago porque me gustás muchísimo. Pero sino querés, te voy a entender. Detrás de ella estaba mi sofá. Quedó parada justo delante de él. Primero se desprendió el cierre trasero de su vestido, desajustándolo de su cuerpo. Lo dejó caer ante mi mirada. Pude ver sus enormes y bien formados senos al aire ¡Qué maravillosos! ¡Qué hermosos pezones! Hechos a la medida de mi boca. Tomó su vestido y lo colocó en el asiento del sofá. Seguía frente a mí. Muy despacio se quitó su diminuta tanguita. Al ver, quedé frío por tamaña sorpresa. Yo acostumbrado a ver una raya entre las piernas de mis amantes. Esa vez no fue así. Unos genitales parecidos a los míos. En forma y de menor tamaño. Pero bien depilado. Los míos los tenía al natural. Ella los tenía colgando. No estaba parado. En cambio, a mí que ya se me había parado, al ver eso, se me bajó. Ella esperaba mi aprobación. Yo quedé estático sin darle respuesta. Luego de unos segundos, sin decir nada, agaché mi cabeza como signo de rechazo. La sorpresa me causó un terrible golpe a mi estado de ánimo. De sus ojos comenzaron a salir un rocío de lágrimas. Con sus labios torcidos y asintiendo su cabeza, me dijo: - Está bien, es mi culpa. No te dije nada ...