1. El cuñadito


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... Mi pubis golpeaba contra sus nalgas que de a poco se iban enrojeciendo. Los gemidos se convirtieron en ayes cada vez mas fuertes, y entre gemidos y ayes comenzó a decirme las frases de calentura de siempre, ay cuña, así, así, rompeme el culo, dámela toda, quiero tu pija, cuña, quiero tu pija. Ya estaba el pollo en el horno, ya no había vuelta atrás, mi cuñado era un nuevo socio en el club de los culo roto. Se la saqué, me miró extrañado. Corrí con un brazo los platos sucios y demás cosas de la cena hacia un costado, lo levanté y lo acosté sobre la mesa, apoyé sus piernas en mis hombros y se la volví a clavar, David con una mezcla de euforia y asombro, vio como mi grueso y largo pedazo se perdía dentro de su culo. Se la saqué entera y se la volví a clavar una y otra vez, David me miraba con la boca abierta, los ojos chispeantes, los gemidos llegando del fondo de su garganta. Mientras lo bombeaba a mil, acaricié sus pechos, su pubis, le di a chupar mis dedos; cada cosa que le hacía, cada descubrimiento en el juego sexual entre dos hombres, era recibido con entusiasmo por David, había nacido para puto, no cabía duda. Cuando sentí que me faltaba poco para inseminarlo, doblé sus piernas sobre su pecho y se las apreté con mis manos para dejar su esfinter bien a flor de piel y poder clavarle ese trozo que aún quedaba fuera por la posición, mi pija se engrosa bastante hacia el final, así que con esa pujada le saqué el grito de placer mas intenso al muy putito, que ya deliraba de ...
    ... gusto y que cuando comenzó a sentir el engrosamiento de mi pija dentro suyo, comenzó a sacar gotones de preseminal por su siempre dura verga. Al venirme le dí el empujón final para depositar mi leche bien en el fondo de su recto, la recibió con los ojos desmesuradamente abiertos, la boca anhelante, el cuerpo trémulo, acariciándose el ombligo, que era donde sentía la sensación de mi glande ardiente. David levantó su cabeza y casi llorando, me dijo "gracias, amor, gracias, me hiciste feliz, no me la saques cuña, dejámela dentro, por favor, seguí cogiéndome, destrozame, dejámela toda! Sonreí satisfecho, ese pibe ya era de los nuestros, mi seducción había corrido el velo de sus prejuicios y había probado mi verga, nunca iba a ser el mismo, había descubierto la pasión y el placer de recibir la pija de un macho, y de eso no se vuelve. Me quedé dentro de él empujando despacito, disfrutando de su cuerpo trémulo y de su cara de placer y entrega. Lo tenía que hacer acabar, y por el preseminal que seguía saliéndole, le faltaba poco. Se la pelé, mojé las yemas de mis dedos con su preseminal y comencé a darle toquecitos leves en el borde del glande y en la punta, mientras mi pija se movía en círculos lentos dentro de su culito, las caricias fueron recibidas con nuevos quejidos y con contracciones de su esfínter que me encantaban y me la iban poniendo más dura, y eso lo excitaba más. Era la esperada reacción en cadena, David iba a estallar, en un minuto se tomó la verga con la mano y comenzó a ...