1. Grata y negra sorpresa


    Fecha: 03/08/2019, Categorías: Sexo Interracial Autor: zenete, Fuente: RelatosEróticos

    ... otra vez. Me ruborizaba solo de pensarlo. Y allí estaba de nuevo, pero esta vez a solas. Nada más entrar me sorprendió su manera de saludar. Se me acercó y cuando alargaba la mano para el típico saludo protocolario una de sus manos se posó en mi cintura y me estampó dos besos en las mejillas. Me quedé un tanto parada, confundida y aislada del mundo por unos instantes, aunque sí recuerdo el fuerte aroma de su piel combinado con su perfume que me dejaron tremendamente excitada. Además, pude sentir el grosor de sus labios en mi cara y tener más cerca esa sonrisa tan blanca y perfecta. Buscó los documentos olvidados en la anterior visita y de paso me hizo saber que era mediodía, la hora del aperitivo y quedaba invitada. Entre un “este…” y un “no sé…” estaba boqueando y aceptando de forma ridícula su ofrecimiento. Sinceramente no sé cómo había ocurrido. De recoger algo olvidado estaba teniendo una cita con un hombre amable, educado y terriblemente guapo que además me ponía cachonda perdida. Por unos momentos se me pasaba por la cabeza “¿pero, qué haces aquí? Levanta y lárgate a tu casa que tienes a tu marido esperando y cosas que hacer…” Charlamos de todo un poco, muy atento en todo momento hasta que llegó la hora de marchar y así se lo dije. Se ofreció encantado para acompañarme hasta mi casa en su coche particular, algo que decliné, pero insistió y tuve que hacerle ver que no podía llegar hasta la puerta de mi domicilio en un coche con un hombre. Mi marido podría pensar mal y ...
    ... luego estaban las explicaciones. Lo entendió y me dijo que me llevaba y me dejaría un par de calles antes de llegar y asunto arreglado. No llevábamos 10 minutos de trayecto cuando buscó mi mano y la rozó suavemente. Sentí un latigazo por todo mi cuerpo. Mis pezones se erizaron y en mi coño se movían hormigas. Yo, estupefacta, lo oía hablar: “me gustas mucho, desde el otro día que viniste a la consulta con tu padre me dejaste prendado, eres preciosa, me gustaría tener una cita contigo, invitarte a cenar, tomar una copa…” Estaba flipada y no daba crédito. En un instante volví a la realidad y le contesté todo lo cortésmente que mi mente y boca lograban articular palabras, que lo sentía, pero que no era de esa clase de mujeres que iban teniendo aventuras por ahí y que no buscaba nada fuera de mi matrimonio, yo nunca hice esto, bla, bla, bla… Justo nos despedíamos pasó su brazo por mis hombros y me besó en los labios primero y a continuación inundó mi boca con su poderosa lengua. Fueron unos segundos en los que sentí su empuje, aliento y todo mi coño empezaba a mojarse. Sacó su lengua y acarició con ella mis labios antes de mirarme y decirme un escueto “hasta otra”. Salí del vehículo y me dirigí a mi casa como un robot. Solo recuerdo que durante el recorrido hasta mi domicilio un cosquilleo en el estómago y un calor tremendo en mi coño. Llegué, saludé y me dirigí hasta el aseo donde me desnudé y me senté en el bidé para acabar con aquel calor. Me masturbé durante un buen rato. Me ...